Bien le cabe a este hecho aquella frase: “Sobre llovido, mojado”.
Esto es precisamente lo que ocurrió el sábado pasado, cuando una formación ferroviaria descarriló seis de sus vagones a 500 metros del Paraje 501, en jurisdicción de Zenón Pereyra.
Hasta ahí todo hubiera quedado en un episodio accidental, pero, en horas de la noche, dos delincuentes que se movilizaban a bordo de un utilitario llegaron al lugar con la intención de llevarse parte de la carga de oleaginosa que transportaba. Ante tal pretensión el custodio del carguero quiso impedirlo, pero recibió una golpiza de la que afortunadamente se restablece en el Hospital “José B. Iturraspe” de San Francisco.