DONDE: Alta Gracia
CUANDO: Martes a domingos de 9 a 19, y lunes de 14 a 19
CUANTO: Entrada general $15 (miércoles gratis)
COMO: Informes al (03547) 428579
Cuatro años tenía Ernesto Guevara de la Serna, “el Che”, cuando se fue a vivir a Alta Gracia. Sus padres tomaron el consejo del médico al pie de la letra, radicándose en un lugar donde la pureza del aire ayudara a menguar el asma de “Ernestito”. Corría el año 1932. La cabecera del Valle de Paravachasca, sin saberlo, le abría los brazos a un retoño destinado a ser leyenda.
Hoy la ciudad atesora los recuerdos de la niñez del revolucionario más célebre de la historia en el Museo Casa Ernesto “Che” Guevara. Aún conocida como Villa Nydia, la sencilla vivienda sirvió como hogar de los Guevara del año 1935 al 1937, primero, y del 1939 al 1943, después. Las paredes hablan. Las fotos, objetos y otras curiosidades reunidas aquí, también.
Decir mucho con poco
El inmueble, a primera vista, no dice mucho. Una construcción bien de época, para nada exuberante, con arcos en la entrada, tejas, techo de chapa y una original escultura de metal del joven Ernesto sentado en el pórtico. Los interiores son igual de simples. Cantidad de espacio en blanco y no mucho para leer.
Sin embargo, lo que al visitante no le estimula los ojos, sí lo hace con el espíritu. Al caer en cuenta de todo lo que esta casa significó en la vida del “Che” y en su desarrollo como hombre, arriba la emoción. La de quienes lo admiran y la de quienes no. Las vibraciones, en cualquier caso, están ahí. Conscientes de todo el significado que este personaje tuvo, tiene y tendrá para el mundo.
Así de inspirados, el recorrido por las distintos espacios se encara con entusiasmo. Ya en la galería se aprecian fotografías de las diferentes casas que los Guevara de la Serna habitaron en su estadía en Alta Gracia. En el ingreso al Museo, la foto más famosa tomada al líder socialista multiplicada en millones de remeras como símbolo de rebeldía y una réplica de su firma y de su uniforme, entre otras piezas, dan la bienvenida.
Después, el que llama es el ayer dormitorio de “Ernestito”, que incluye fotografías de su infancia, sus libros favoritos en aquellas épocas, así como el Acta de Nacimiento y otros documentos autentificados. Similares son los tesoros que arropan las habitaciones en las que durmiera el resto del clan Guevara
En el comedor descansa la bicicleta utilizada por el nacido en Rosario en una de sus primeras aventuras, un busto en honor a su figura y una réplica de la motocicleta que lo acompañó en aquel viaje por Sudamérica junto a Alberto Granado. La cocina corporiza uno de los lugares favoritos del “Che”, en el que ayudaba a cocinar a doña “Rosarito”, la criada. Más recuerdos y elementos evocativos se descubren en las habitaciones de las personas que trabajaban en el lugar, el patio, el garaje y la biblioteca.
Hasta 1943
En 1943, el “Che” y su familia se mudan a Córdoba capital, ciudad en la que residirían hasta 1947. En Alta Gracia quedaba ella, la casa. Triste y melancólica, pero preñada de historia.