“¿Quién no ha tenido un familiar, un amigo, un conocido que ha sido partícipe de accidentes de tránsito en la ciudad? En lo que va del año, Villa María ha sido periódicamente testigo de innumerables accidentes de tránsito que parecen confirmar al accidentismo como una de las más grandes preocupaciones que aqueja a la ciudad. Esta tendencia ‘in crescendo’ no sólo al accidentismo, sino además al accidentismo trágico, cual supone la falta total de acción política por parte de los funcionarios municipales, quienes a su vez parecen encerrarse en una parafernalia burocrática sin sentido, que implica el crecimiento de organismos de tránsito que no hacen más que trastornar el proceso de control estatal sobre los conflictos de tránsito existentes. El parque automotor en la ciudad crece a niveles desproporcionados, la demografía se mantiene estancada y las calles de la localidad, muchas necesitadas de reparos y actualizaciones, se ven copadas de automotores que hacen del tránsito villamariense una cuestión a temer y priorizar.
Ahora bien, son muchos los factores que influyen en esta trágica crisis que está viviendo nuestra ciudad en los últimos años. La falta de concientización, la falta de capacitación a la hora de agarrar un volante por primera vez, la falta de control estatal sobre los vehículos circulantes, la ineficiencia del transporte público, son algunas de las variables que funcionan como disparadores para estos trágicos resultados. En los últimos días, desde el PRO Villa María se ha propuesto declarar la Emergencia de Tránsito en la ciudad, como manera de parar la pelota, concientizar a los ciudadanos sobre el peligro del (mal) uso de medios de transporte y fortificar los controles estatales sobre el cumplimiento de las normas básicas de tránsito. Desde el oficialismo, por supuesto, han descartado la propuesta y contraatacado con la educación vial obligatoria en secundarios. Una medida que si bien no es “mala”, es necesario complementarla, ya que los resultados de esta medida tomada por la Municipalidad darán frutos en años, mientras las tragedias suceden hoy.
Pues, como ha dicho la presidenta de los Jóvenes PRO Villa María durante la Convocatoria de Participación PRO, Virginia Olivari, “el tránsito en la ciudad es la principal problemática, ya que por la mala administración del Gobierno municipal se pierden muchas vidas innecesarias. A veces es preferible invertir tiempo en concientizar, educar y reparar los errores de gestión que buscar la manera de recaudar más dinero con esta epidemia”.
¿Cómo es posible que haya escasez de educación vial? ¿Cómo es posible que no haya una visible concientización vial? ¿Cómo es posible que se fomente el transporte público? ¿Cómo es posible que se continúe con este precario sistema de transporte público que no alivia el parque automotor en circulación? ¿Cómo es posible que no se ‘federalice’ el centro de Villa María y no se conformen nuevos polos comerciales? ¿Cómo es posible que el control estatal a los infractores sea tan ineficaz? ¿Cómo es posible que haya tal reincidencia en materia de infracción de tránsito?
Hace falta una revolución del sistema de tránsito en Villa María, desde la educación, desde la burocracia, desde la rigurosidad del control estatal, desde el mantenimiento de las calles, desde el transporte público, desde las entrañas de la mismísima Municipalidad para evitar, hoy y mañana, tragedias evitables”.
Nicolás Dold Sierra, vicepresidente de Juventud PRO Departamento San Martín.