En Arroyo Cabral, Colón recibió a Yrigoyen con la premisa de aprovechar la localía y conseguir un nuevo triunfo que lo deposite en el pelotón de los de arriba.
Sin brillar y hasta por momentos entregando el balón, el Rojinegro igual se las rebuscó y se impuso por 3 a 0 jugando con un hombre menos desde los 10' de la primera parte, nada menos.
Se dice que hay equipos que juegan mejor con diez que con once. Este no fue el caso de Colón. Sin embargo, con esa manera que a veces no llena los ojos y que parece sentarle a la perfección a la idea de José Luis Danna, el conjunto cabralense sabe realmente a lo que juega y aprovecha cualquier ventaja que le otorgue su rival de turno. Ayer fue el caso de Yrigoyen, equipo que llegaba conservando su invicto y que invitaba en la previa a disfrutar del fútbol, bajo el manto soleado de una hermosa tarde primaveral.
A los diez minutos de haber comenzado, José Fernández perdió una dividida con José Demichelis y reaccionó de una manera infantil empujando a su rival ante la vista del juez, lo que derivó en expulsión y en una supuesta ventaja para el contrincante. No obstante, la visita redundó demasiado en pelotazos frontales y cayó inocentemente en la trampera de un agazapado anfitrión.
La diferencia numérica no se hacía notar. Colón se cerraba bien en el fondo, relevando los sectores vacíos con orden y sacrificio y se apoyaba en la disciplina del talentoso Nicolás Sontag. Algo que viene haciendo a la perfección en los últimos partidos, hasta que en el minuto 33' el propio Sontag fue el responsable de enviar un gran centro al corazón del área que fue conectado por Alvarez para desatar la euforia y poner arriba a su equipo.
A partir de allí, los de Bachanini tuvieron la pelota casi la mayoría del tiempo, pero los circuitos de juego entre Gabetta y Bustamante eran cada vez más esporádicos. La latente amenaza goleadora de Marín se disipaba ante cada minuto que pasaba. Encima Burello vio la roja en una mala decisión de Díaz. Y el embudo propuesto por Colón surtió el efecto deseado cuando promediaba la segunda mitad.
A los 29' Sontag se encontró con el balón en la medialuna visitante después de una mala salida de Ortiz, ante la presión del ingresado Peretti.
La figura de la cancha no vaciló y ejecutó a un indefenso Merani, que nada pudo hacer. Y tan sólo un minuto más tarde, Conti capitalizó una nueva salida en falso del fondo “Rojo”, tocando suavemente con su pie izquierdo ante el arco descubierto.
De esta manera, Colón consiguió su tercera victoria al hilo y se prendió en los puestos de vanguardia. Pero lo que hace más feliz a su entrenador es que cuenta con un equipo que sabe a lo que juega, que no regala nada y aprovecha cada desacierto rival. Mientras, Yrigoyen deberá replantearse algunas cosas de cara al futuro y lograr aprovechar el gran potencial con que cuenta en sus filas.
El árbitro
Muy pobre actuación la del colegiado José Díaz. Su único acierto fue la expulsión de Fernández por reacción desmedida. A partir de ahí se lo notó inseguro en cada una de sus sentencias y no logró enderezar el rumbo con tarjetas banales. Despertó reclamos de ambas parcialidades y no estuvo bien acompañado por Eliseo Gallo y Azaría González, ya que a instancias de este último, Díaz anuló un gol legítimo al visitante.
La figura
Gran partido de Nicolás Sontag en el local. El volante creativo sacó máximo provecho de su talento haciendo jugar a todo su equipo. Su eficaz lectura de juego le permitió administrar el balón en los momentos indicados y cuando debió acelerar lo hizo bien. Fue preciso en el envío del primer gol, anotó el segundo y participó del tercero.