Asociación Española va, demuestra que lo de este Clausura no es un “veranito”, reforzando la buena actuación del torneo pasado. Y ayer dio una gran muestra de actitud, derrotando a un peso pesado de la Liga, venciendo al último campeón y manteniéndose en la cima de la zona A.
La victoria fue ajustada, quizás el rival mereció algo más, pero a decir verdad los villanovenses se aferraron a la mínima ventaja y terminaron festejando.
Fue 1 a 0 el triunfo de Española sobre Rivadavia, en un cotejo con gran paridad, donde el local terminó muy feliz gracias a una joyita de Nicolás Morello.
Los visitantes, con Marcelo Santoni a la cabeza, se fueron con mucha bronca, ya que en el complemento les anularon dos tantos por fuera de juego, uno a Nicolás Ponce y otro a Franco Santoni.
En el mientras tanto, este cotejo que enfrentaba a los líderes no fue lo que se esperaba ni mucho menos. El juego entrecortado, con poco espacio para los que intentaban hacer algo diferente, se transformó en el denominador común del primer tiempo.
Española iba, Rivadavia también, entonces el choque de estilos similares hacía que el partido, por momentos, sea más vertiginoso de lo normal.
Un disparo de Leonel Strumia -tras taco de Berterame- que tapó Guillermo Arcas, fue la primera para el verde. Y por el lado del local, una media vuelta de Nicolás Morello pasó cerca del palo derecho de Gobbi.
Se corría y se “ponía” mucho, se jugaba poco. El cotejo no era lo que se imaginaba en la previa. O quizás sí, con dos equipos que no querían ceder ni un metro.
Cabezazo de Julio Gastaldi que salió por arriba de travesaño, para los de Santoni. Remate de Matías Valle que “quemó” las manos del ex-Argentino.
Era palo y palo, con pocas situaciones de gol y un final de la primera etapa que se acercaba.
Pero a los 38’ Morello tomó el balón y ejecutó un remate tremendo que se clavó en el arco de José Gobbi, colocando el 1 a 0 para los “Gallegos”. Golazo del “Nico” y locura en el “Prado”, para que Española sea más puntero que nunca.
Debido al poco peso ofensivo mostrado por Rivadavia, para el complemento Santoni se inclinó por el ingreso de Franco Gozzerino (salió Frus), quien se colocó como delantero. Entonces, el campeón pasó a defender con tres y a atacar con más gente, porque los volantes también llegaban.
Esto hizo que el visitante mejore notablemente su versión. Pasó a dominar la situación, resignando el local protagonismo y terreno. El juego se desarrolló cerca del arco de “Guille” Arcas y el 1 a 0 del villanovense peligró.
Española ya no era el mismo, la pelota no pertenecía a ninguno de los jugadores locales. Por el contrario, Rivadavia lo fue haciendo retroceder y las chances de gol aparecieron.
Berterame con un disparo que salió por arriba, Gozzerino rematando cruzado y Gastaldi con un cabezazo nuevamente por sobre el horizontal. Todas ellas, posibilidades de gol falladas por el equipo de Arroyo Cabral.
En Española, un remate de Morello y otro de Matías Valle fueron las más nítidas.
Claro que llegarían además las dos jugadas discutidas de la tarde, ambas por fuera de juego. La dudosa fue el gol anulado a Ponce (21’) pero además hubo otro gol de Santoni, aunque éste fue más claro y bien anulado.
Lo cierto es que todo Rivadavia se quedó “masticando” bronca por el tanto que no pudo ser y las rojas a Ponce y Matías Rojas, mientras que en los villanovenses se fue Pedraza.
Fue triunfo de Asociación Española, que sumó tres puntos en un partido clave y se afirmó a la cima de su grupo. Mira a todos desde arriba dejando un claro mensaje, que ahora la cosa, parece, va en serio.
El árbitro
Mauro Daniele tuvo un “agitado” arbitraje con expulsados y goles anulados. En las rojas estuvo correcto, tanto la de Ponce, Matías Rojas y Pedraza, también en las amarillas. En cuanto a los goles anulados, por fuera de juego a Ponce y Santoni, se apoyó en las decisiones del línea Walter Ramos.
La figura
Nicolás Morello fue el encargado de darle la victoria a Asociación Española con un gran gol. El delantero fue lo más peligroso en el local, con remates de larga distancia. En la visita, lo más claro fue Marcos Berterame.