El trabajo que un grupo de hombres y mujeres hicieron desde el Pasteur por la lucha contra la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) o Mal de los Rastrojos, impulsó al Ministerio de Salud a ubicar el único Banco de Plasma Inmune de convalesciente de la provincia en Villa María.
Desde allí, el profesional de la salud Fernando Forneris continúa con la vigilancia de la enfermedad, como responsable de ese Banco.
La tarea que tiene a su cargo no es sencilla porque debe buscar los donantes, extraer la sangre, separarla, conservar el plasma y llevarlo al lugar de la provincia donde haya sospecha de un afectado.
De allí surgió el plasma para el tratamiento del joven trabajador rural de Leones, Diego Andreani, quien es el primer caso sospechado de haber contraído la FHA en 2009, tal como informamos en la edición de ayer.
“Dependemos de la buena voluntad y de la solidaridad de las personas que estuvieron enfermas y se curaron”, indicó Forneris. Por eso, no es desatinado afirmar que la FHA se cura con solidaridad, dado que el plasma inmune del convalesciente es el único tratamiento posible contra la enfermedad, que logró reducir a casi nada la mortalidad de un mal que antes de ese tratamiento era del 30%.
“Nosotros contamos con toda la tecnología para conservar el plasma y con vehículos para trasladarnos al lugar donde sea para receptar la sangre del donante. Inclusive, podemos hacer el procedimiento denominado plasmaféresis, por el cual, al donante sólo se le extrae el plasma y se le dejan los glóbulos rojos”, informó Forneris.
Cabe señalar que con la aparición en 1991 de la Candid I, la vacuna contra la FHA, disminuyeron mucho los casos de esa enfermedad. “Eso hace que sean, por suerte, pocos los donantes nuevos”, explicó.
La persona curada puede donar sin inconvenientes dos veces al año y debe cumplir los mismos requisitos que un donante de sangre, es decir, no debe pertenecer a un grupo de riesgo, no debe haberse tatuado en el último año y no debe haber padecido enfermedades como la hepatitis.
Cabe señalar que para el tratamiento de una persona de aproximadamente 70 kilos de peso, se requiere el plasma extraído a tres o cuatro donantes.
“Al ser el único Banco de Plasma, nosotros enviamos o llevamos el tratamiento adonde lo requieran, ya sea de pacientes de otros hospitales de la provincia o de clínicas privadas”, informó Forneris.
@Vacunación
Por otra parte, desde el Pasteur trabajan activamente como centro de vacunación de la Candid I, la que es llevada a todos los sitios donde hay trabajadores rurales, que se constituyen como la principal población de riesgo de contraer la enfermedad transmitida por la rata maicera.
“La vacuna, fabricada en Pergamino exige una cadena de frío de 20 grados bajo cero para conservarla y trasladarla. Así que tenemos especial cuidado en conservarla con hielo seco para acercarla adonde se necesita la prevención”, agregó.
“Es importante que las personas que estén en contacto con cereales, donde se aloja la rata transmisora, estén vacunadas, porque una dosis protege por 10 años”, concluyó.
En febrero de este año, iniciarán la campaña de vacunación de 2009.
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