Atemorizada por lo que le pueda suceder, Natalia Carina Silva (23) tomó coraje y concurrió a Tribunales para pedir ayuda y protección y después se presentó en la Redacción de EL DIARIO, con la intención de hacer pública la difícil situación por la que atraviesa desde hace poco más de seis meses.
Visiblemente alterada, la joven contó que se separó de su expareja, el oficial de albañil Rubén Darío Castellano (26), a fines de febrero pasado, luego de que le propinara una feroz golpiza en la vivienda que la pareja ocupaba en barrio Sarmiento de Villa Nueva junto a sus tres hijos menores, dos varones de 7 y 5 años y una nena de 3.
“Ese día, como lo hizo muchísimas veces a lo largo de los 12 años que convivimos, me golpeó en la cara y me pegó con un palo de escobas en la espalda a la altura de los riñones, a tal punto que oriné con sangre”, relató Silva muy acongojada y recordó que “cuando estaba caída en el suelo, me dio una patada en el rostro”.
“Yo terminé en el Hospital (Pasteur) con el rostro desfigurado y a él lo detuvieron, pero salió un rato después”, añadió, y dijo que ese incidente “fue presenciado por mi hijo mayor, quien sufrió un shock emocional y está con tratamiento psicológico y fonoaudiológico”.
Lo excluyeron del hogar, pero…
Tras la denuncia de aquel suceso en la sede de la Comisaría de Distrito villanovense (precisó que el cabo Nereo Agretti le receptó la exposición), la jueza de Paz de la vecina ciudad, María Ester Farías, ordenó la exclusión del hogar de Castellano a principios de marzo, “pero él nunca la respetó”, aseguró la joven.
“Siempre fue un tipo violento. Cuando estaba embarazada de mi primer hijo me dio la primera golpiza fuerte, porque no quería tenerlo y su familia tampoco”, explicó, y al ser preguntada sobre la relación con Castellano dijo que empezaron a convivir en 2002, cuando ella tenía apenas 12 años y él 15.
Al recordar aquel primer episodio de violencia familiar, la denunciante recordó que “mientras él me golpeaba, yo empecé a gritar y me salvó un muchacho de apellido Roldán, que ahora es policía”.
Afirmó que desde entonces y hasta febrero pasado “me golpeó no menos de 10 veces de esa manera”, remarcó que “también lo hizo durante los tres embarazos” y sostuvo que “la nena nació prematura a raíz de una paliza que me hizo reventar bolsa”.
Silva dijo que desde que la jueza de Paz ordenó su exclusión del hogar, Castellano “fue tres veces a mi casa... entró, me insultó, me pegó y se fue; siempre denuncié estos hechos en la Policía, pero no hicieron nada. Por eso decidí ir a Tribunales para pedir ayuda”.
“Espero que la Justicia me de una solución, porque estoy cansada y vivo encerrada. Tengo miedo, terror… no quiero terminar como Claudia Rodríguez”, imploró la joven muy angustiada.
Obviamente, Natalia aludía a la mujer que fue asesinada a mazazos por su expareja a fines de septiembre de 2011, hecho por el cual el femicida Cristian Moschitari acaba de ser condenado a prisión perpetua por la Cámara del Crimen de Villa María.
“Nunca pensé que iba a venir hasta acá (la Redacción de EL DIARIO) ni tener que ir a Tribunales, pero lo hago porque tengo miedo, mucho miedo”, añadió Silva.
En efecto, durante la mañana de ayer se presentó en la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno acompañada por el conocido dirigente social Daniel Massara, del Instituto Nacional de Hombres contra el Machismo (Inahcom), con la intención de denunciar los graves hechos.
Seis denuncias
En la dependencia judicial, a cargo del fiscal Gustavo Atienza, tomó conocimiento la secretaria Elba Oyola, aunque según pudo saberse ya son seis las denuncias formuladas por Silva, todas en la sede policial de Villa Nueva, las que luego fueron remitidas al Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil, cuya titular, la jueza Cecilia Fernández de Ferrero, fijó una audiencia para junio de 2014.
La denunciante dijo también que “a la Policía le expliqué que tengo miedo que un día de estos (Castellano) abra la puerta de mi casa y me pegue un tiro, porque él ya me advirtió que un papel no lo va a detener (en referencia a la restricción impuesta), que ya está jugado y que no le importa nada”.
Cuando se le preguntó qué pretende de las autoridades judiciales, Silva fue concluyente: “Quiero que lo detengan, va a ser la única forma de estar tranquila. Sé que se me va a venir toda la familia encima porque sé quiénes son, pero éste es el único recurso, la única solución que me queda y tengo miedo por la vida de mis hijos”.
Natalia contó que hace poco más de dos meses está en pareja con Mariano Barrera, quien también se gana la vida como trabajador de la construcción y que, producto de esta nueva relación, está embarazada de un mes, por lo que también teme que una nueva agresión termine lastimando a la criatura en gestación.
La joven concluyo señalando que Castellano vive en barrio La Floresta “a sólo cuatro cuadras de mi casa”, y por ese motivo dijo que el miedo que siente “es permanente”.
LAS FOTOS:
1-Natalia Silva, ayer en la Redacción de EL DIARIO, donde contó la situación que la desvela
2- “Desde que fue excluido del hogar, Castellano fue tres veces a mi casa... entró, me insultó, me pegó y se fue; siempre denuncié estos hechos en la Policía, pero no hicieron nada”, se lamentó Silva al denunciar los hechos