En 2001 eran 958 los empleados de las industrias lácteas registrados en la Seccional Villa María de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), para llegar a 2012 con 1.600 empleados directos.
"Hoy el número se mantiene estable, pero no crece como en años anteriores", dijo Pedro Fernández, secretario general de la Seccional y miembro de la conducción nacional del sindicato.
El salario promedio del sector es de 16 mil pesos, por encima de la media de otras actividades. "La verdad es que gracias a las leyes laborales que protegen al trabajador y a los aumentos conseguidos en los últimos años, con porcentajes por encima de la inflación, pudimos recomponer el ingreso para posicionarnos como estamos ahora", señaló el dirigente.
La espada que se cierne sobre ellos -y sobre el resto de los actores de la cadena lechera- la representan los altibajos de la actividad, inestable por sí. "Nosotros encabezamos la organización internacional de los trabajadores lácteos, a través de nuestro secretario general a nivel nacional, Héctor Ponce, y podemos ver que esa inestabilidad de la cadena láctea es igual en todos los países, aun en los más desarrollados", dijo.
"El problema en Argentina está en que la comercialización se lleva la tajada más importante. Es mucha la diferencia de precio del producto que sale de la fábrica y la del que está en la góndola. Eso demuestra que no es el productor ni el industrial y menos el trabajador el que se queda con la porción más grande, sino que es el sector de la comercialización", aseguró.
Entiende que si se corrige ese desfasaje, seguramente el productor podría percibir más, al igual que el industrial, y aumentaría la producción "generando más trabajo".
Sin embargo, entiende que el trabajador en nuestro país tiene una ventaja "que más que beneficio o privilegio es un derecho que supimos conseguir", si se lo compara con el resto de los lácteos de otros países. “La legislación laboral en Argentina es más completa y protege al trabajador. No todos están en las mismas condiciones. Por ejemplo, en países con industrias importantes como Brasil, el trabajador no es reconocido como aquí", apuntó.
"Creo que hay que seguir trabajando en otras áreas, como la de higiene y seguridad, para seguir mejorando y lograr construir entre todos la lechería grande con la que soñamos.
Servicios de salud
A través de la obra social y la mutual, los empleados lácteos cuentan con consultorios propios de todas las especialidades del primer nivel de atención de salud.
"Este año, en julio, inauguramos los consultorios nuevos y recientemente sumamos más aparatología", señaló el secretario general, aludiendo a que ya están instalados y funcionando el ecógrafo, el mamógrafo y un ortopantógrafo, que se suman a los que ya tenían.
Además, tienen dos farmacias sindicales: una en Villa María y la restante en Tío Pujio.
En otro orden, tienen actividades permanentes para cuidar la salud del trabajador, como las caminatas programadas y grupales o las campañas de detección temprana de enfermedades que realizan de manera programada.
LAS FOTOS:
1- Héctor Ponce, en el centro, estuvo en Villa María en el acto inaugural de la carpa. Preside la organización internacional de trabajadores lácteos
2- Pedro Fernández, secretario general de Atilra Villa María
3- Planta de elaboración