Durante el transcurso de la historia del rock and roll, los episodios tumultuosos han tenido también su alto porcentaje de triste protagonismo. En este caso, voy a recordar uno ocurrido en julio de 1964, cuando Mick Jagger y sus socios de la banda se fueron expulsados de una pequeña ciudad de su Inglaterra natal, precisamente por los desmanes ocurridos durante una presentación del entonces quinteto. El suceso ocurrió durante una presentación de los Rolling Stones en un balneario conocido como Empress Ballroom, ante unas siete mil personas, según la prensa que cubrió la actuación de la banda. En realidad, los disturbios comenzaron cuando un grupo de adolescentes ubicados en la primera fila del recinto, insultaron y escupieron al hoy extinto Brian Jones, verdadero creador del grupo oriundo del condado de Kent, intentando además ocupar el escenario que utilizaban los músicos.
La multitud enardeció ante la respuesta de Keith Richards, que no tuvo mejor idea que comenzar a dar puntapiés en los rostros anónimos de los desaprensivos jóvenes espectadores. Mientras la Policía evacuó a los artistas, la trifulca que se generó fue de grandes proporciones y la multitud comenzó a destruir todo lo que encontraba a su paso, incluido un valioso piano de la prestigiosa marca Steinway, que fue literalmente desarmado por la barbarie. Del lamentable hecho durante el que volaron piedras y botellas, 50 personas resultaron heridas y fueron a parar a diferentes hospitales y los daños materiales fueron cuantiosos. Finalmente, el accionar de un centenar de policías con la ayuda de perros adiestrados pudo controlar la situación, pero desde entonces, los Stones no pudieron volver a presentarse en Blackpool consecuencia de una irrestricta prohibición municipal. Corría 2008, 44 años después, cuando el alcalde de la ciudad, Peter Callow, declaró que era su deseo de que los Rolling volvieran a tocar en la ciudad y para dejar en firme sus intenciones manifestó: “Creo que ahora es el momento de la reconciliación, es hora de enterrar el hacha de guerra y extender la mano de la amistad, así que, ¡vuelve Mick, todo está perdonado!".