“Qué hermoso es ver la cara de tu hija cuando le decís que hoy vos vas a llevarla al colegio con sus hermanas. Que te mire y te diga gracias por traerme, no puedo describir lo que sentí por esas palabras, me explotaba el corazón”, manifiesta Jorgelina De Célis madre de Mía, la niña de dos años de edad que padece de manera conjunta los síndromes de Dandy Walker y de Joubert que comprometen su cognición, motricidad y visión.
La alegría experimentada por Jorgelina no era para menos, luego de mucho transitar por diversas oficinas logró que en el estacionamiento de la escuela adonde asiste su hija mayor (Nivel Primario de la Escuela Normal Víctor Mercante) autoridades municipales restringieran una zona para ser usada exclusivamente por familias integradas por personas con capacidades diferentes.
“Queremos dar gracias a la gente que Dios va poniendo en nuestro camino de forma misteriosa, a los papás que comprendieron que esto de pintar los estacionamientos para nuestros hijos no era antojadizo, sino que era ayudarnos a tener un acceso más fácil”, indicó Jorgelina.
“Agradecemos a los que nos apoyaron con su aliento cuando llegamos al colegio ese primer día de pintada y gracias también a los que no nos entienden porque con su actitud hicieron que se deban hacer los estacionamientos pintados. De otra forma no entendían que nosotros los usamos por necesidad y no por comodidad”, sostuvo.
“Los Mollo-De Célis ( Jorgelina, Claudio, Emma, Ana y Mia) queremos agradecer a un equipo fabuloso que se puso este emprendimiento al hombro, nos dio lugar rápidamente sin vueltas y se puso a nuestra par, hasta saliendo a pintar a mano alzada el logo para el pavimento (que sirvió de molde para ser pintado sobre la calzada)”, dijo
“Vaya nuestro agradecimiento al intendente Eduardo Accastello, gracias a su secretaria Noelia Macagno, que de inmediato nos puso en contacto con la Secretaría de Prevención Comunitaria y Derechos Humanos, al secretario del área, Carlos de Falco, a su coordinador Daniel Ferreyra a Germán Danna, Natalia Acosta y Claudio Bruno y a todos los policías de tránsito que ni bien nos ven llegar están atentos a facilitarnos el paso. Gracias al Colegio Rivadavia y al Jardín Sobral que cuando llegamos está atenta la persona de seguridad para ayudarnos a subir la rampa”.
“A todos, nuestro reconocimiento por comprometerse a seguir (delimitando espacios especiales) por todos los colegios de Villa María y por los demás proyectos con los que cuenta para nuestros niños y adultos, especialmente diferentes”, concluyó.