El candidato a diputado de la Unión Cívica Radical, Gustavo Bustamante, envió su opinión sobre la situación que vive la provincia por los incendios que afectan diversos lugares de las sierras.
El escrito, remitido a nuestra Redacción, expresó lo siguiente:
“Lo importante de analizar en una mentira nunca está en su contenido, sino en la intencionalidad del que miente. La mentira no es sólo algo que se oponga a la verdad, sino que tiene en su finalidad ser la pantalla que separa lo que alguien dice, de lo que piensa en su discurso.
Lo decisivo es, por lo tanto, el perjuicio que ocasiona en el otro, sin el cual no existe la mentira. En este contexto, centrarnos a analizar el contenido de las mentiras dichas por el gobernador en estos días de infierno en Córdoba es irrelevante; creemos que es preciso que nos aboquemos a evaluar los daños y que emprendamos cuanto antes las medidas necesarias para evitar que el fuego, a estas alturas inevitable, se siga descontrolando año tras año.
Sólo quedan 600 mil hectáreas de bosque nativo en pie de las 12 millones que supo tener Córdoba a inicios del Siglo XX.
Además, según un estudio de la UNC, en 10 años, se redujo un 40% el bosque nativo de Córdoba. Como bien se dijo, la gravedad de los incendios tienen su origen en la sequía, lo que no se aclara es que la sequía tiene gran parte de su origen en los desmontes y la desertificación; que tienen su origen en la administración delasotista que los avaló y prohijó durante todo su mandato.
El gobernador De la Sota es cómplice del desastre ambiental de la provincia por su omisión maliciosa de los desmontes indiscriminados que arrasaron la provincia bajo pretexto de ampliar la frontera agrícola, cosa que no es del todo demostrable; lo demostrable es que tras los desmontes surgieron enormes negocios (y negociados) inmobiliarios con la tierra que enriquecieron a muchos a costa de la destrucción definitiva e irrecuperable de cientos de miles de hectáreas de bosque nativo.
El gobernador De la Sota, visto el problema generado por la deforestación, como son las concurrentes y cada vez más duras sequías invernales que aumentaron exponencialmente el riesgo de incendios desde los primeros años del nuevo siglo, aprovecha la veta para recaudar un nuevo impuesto bajo el pomposo nombre de “Plan Provincial de Manejo del Fuego” y que año a año demuestra que sólo aporta pocas soluciones porque los temerarios y valientes bomberos (en su enorme mayoría voluntarios, es decir, no cobran) terminan necesitando de la asistencia de la sociedad para poder cumplir su trabajo.
¿Y el fondo provincial? En qué se gasta? Porque la verdad es que no se nota. Lo que sí se nota es la enorme pauta publicitaria en los medios provinciales y nacionales, lo que sí se nota es el pan y circo del Carnaval Cuartetero, lo que sí se nota es la cada vez mayor preocupación del gobernador en aparecer en los medios nacionales antes que preocuparse por su provincia.
Mientras que a marzo del año pasado no habían puesto un peso para prevención ya habían recaudado 13 millones y debían 10; al mes de junio de este año la deuda del plan de fuego era de 14,5 millones, por el impuesto la provincia ya había recaudado 28.
El Gobierno no responde los pedidos de informe. La síntesis es: usan la plata para rentas generales, que cubre gastos como el publicitario, mientras le deben a Bomberos. Vergonzoso.
Se podrá decir que se hicieron cosas, que el incendio tiene su causa en la naturaleza que se empeña en no llover y en los delincuentes que encienden las laderas de las montañas en forma intencional, y quizá sea verdad, pero es una verdad a medias. Lo cierto es que se tomaron medidas desacertadas como la siembra de pastos exóticos en 2010 por parte de la Secretaría de Ambiente que conducía el Cr. Costa, generando una cobertura diferente a la autóctona, más tupida, pero menos resistente a la sequía, lo que transforma a las sierras en un yesquero gigante.
Es cierto que se ha destinado poco esfuerzo y dinero a la prevención; a sabiendas del elevado riesgo de incendios con los cuatro meses de sequía la provincia, que alquiló en Brasil las carrozas para el Carnaval de Cuarteto, no supo, no quiso o no pudo alquilar algunos aviones hidrantes extra para estar prevenidos. En enero ocurrió un temporal que tumbó miles de árboles, nunca se retiraron y hoy son leña seca que favorece el desempeño de las llamas. No todo es culpa de la naturaleza o de “excitados piromaníacos en moto”, tal los dichos del gobernador. Hay otros responsables y deben tener consecuencias.
Finalmente, Bustamante recordó uno de los artículos de la ley de fuego.
Artículo 189 de la ley de fuego:
Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos. Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la muerte de alguna persona, el máximum de la pena podrá elevarse hasta cuatro años.