Argentino no había arrancado bien el torneo. Hasta ayer, quien supo ser animador de los últimos campeonatos de primera división de la Liga Villamariense de Fútbol, mostrando un juego de alto nivel, aún no había podido hacer lo que sabe.
Ya casi sin referentes, sólo con Danna, Braun y milagrosamente aún con Díaz y Cortéz, el conjunto de Romero está en una evidente etapa de transición, con juveniles que juegan bien al fútbol y que han “mamado” desde pibes el juego Albiazul, pero que aún son chicos. Y se nota.
Esta juventud, empapada de inexperiencia, lo había llevado a perder un cotejo increíble frente a Española en la primera fecha y quizás este mazazo ayudó a tan irregular comienzo de campeonato.
Sin embargo ayer, el conjunto villamariense, con la ilusión de no perder el tren de la clasificación, pudo golear 3-0 ante un débil Unión Social, que iría en busca de su primera unidad en el torneo.
El partido comenzó con un bajo nivel futbolístico. Ninguno de los dos equipos proponía absolutamente nada. La timidez del local al momento de armar juego y la imposibilidad de generarlo en el visitante, eran evidentes.
El frío y la “chatura” del partido aburrían bastante y robaban bostezos a la mayoría de los espectadores.
Sin embargo, cuando se jugaba media hora de partido y no pasaba absolutamente nada, sucedió algo inesperado que sirvió de bisagra para los minutos posteriores. A la salida de una jugada, luego de un corner a favor del local, el juez de línea advirtió a Pablo Juno de un infantil e innecesario golpe de Francisco Melano hacia Franco Ñáñez, por lo que sin dudarlo el juez del encuentro decidió expulsar al central visitante.
Las interminables protestas del equipo de Alto Alegre no impidieron que Claudio Díaz tome el balón, lo coloque a 12 pasos de Margaría y estampe la apertura del marcador.
En este preciso momento, en la mente de todos se vino la imagen de un partido definido. Unión Social, sin respuestas futbolísticas, con un jugador menos, con el rival de local y en ventaja... Era un combo letal para los de Caciorgna, que tenían de único aliado al tiempo, aunque a fin de cuentas no lo ayudaría mucho.
El complemento arrancó con la misma apatía reinante de los primeros 45 minutos. Más allá de cierta superioridad del "Lobo", que llegaba con algo peligro al arco visitante, el flojo nivel del espectáculo continuaba.
No obstante, nuevamente fue “Lanita” Díaz quien justificó cada peso gastado en la entrada con una delicia que partió desde su botín izquierdo. A los 12 minutos, el “10” se hizo cargo de un tiro libre en tres cuartos de cancha, acarició el balón por encima de la barrera y lo “colgó” en el ángulo izquierdo de Margaría.
El 2 a 0 se tornaba imposible de remontar para Unión Social. El “Lobo” colectivamente no había mostrado mucho, pero el “distinto” estaba de su lado. Claudio Díaz era la diferencia entre ambos conjuntos.
Las cartas ya estaban echadas y el destino era inevitable. Aquella presunción del primer tiempo comenzaba a materializarse con una nueva derrota del visitante. Más aún cuando Gastón Negro desbordó por derecha y envió un centro milimétrico para que el juvenil Maximiliano Tóffolo estire diferencias y concrete el 3 a 0 definitivo.
De esta manera, los dirigidos por Christian Romero reencontraron la senda victoriosa y no se alejan del sueño de la clasificación, mientras se va rearmando.
La figura
Cristian Díaz volvió a deslumbrar con su juego. Cuando vio que el partido se podía complicar, lo resolvió con dos goles. Siempre esclareció el juego con sencillos toques.
El árbitro
Pablo Juno dirigió bien. Se apoyó en su asistente para la expulsión de Mellano y no tuvo demasiadas intervenciones en un partido limpiamente disputado.