Fueron puestos ayer en funciones la nueva ministra de Seguridad de la Provincia, Alejandra Susana Monteoliva, y el flamante jefe de la Policía de Córdoba, comisario mayor César Almada, luego de las investigaciones periodísticas y judiciales que vinculan a la cúpula policial con el negocio del narcotráfico.
Monteoliva asumió en remplazo del renunciante Alejo Paredes, quien dimitió el viernes último, mientras que Almada pasó a ocupar el lugar de su par Ramón Frías, también vinculado con la causa.
La nueva ministra se comprometió a llevar adelante “una gestión transparente” y anunció la puesta en marcha de una serie de programas para “garantizar la seguridad de los cordobeses”, además de “colaborar” con la Justicia en el marco de la investigación que derivó en la detención de ocho efectivos policiales de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico sospechados de tener vínculos con los narcos.
Sobre el tema, Monteoliva sostuvo que “la Justicia está interviniendo y lo que debemos hacer es esperar los resultados. Nuestra tarea es seguir trabajando en identificar los delitos para revertirlos”.
Al ser puesta en funciones por el gobernador José Manuel de la Sota durante una ceremonia en el edificio del Centro Cívico Provincial, la ministra manifestó que “la seguridad es un bien público” y que “se logra con el compromiso de todos”.
Posteriormente, Almada asumió como jefe de la Policía provincial y admitió que el organismo “está atravesando un momento difícil” por los hechos que tomaron estado público.
“Estos golpes se superan teniendo una Policía transparente y a disposición de la Justicia, trabajando día a día al lado de la comunidad. Vamos a trabajar para limpiar el honor de esta fuerza”, dijo el jefe policial y resaltó que la institución está “abierta a la Justicia” para colaborar en la investigación.
Almada se desempeñaba como Director General de Seguridad en la ciudad de Córdoba y además integraba el Consejo de Seguridad Deportiva de la Provincia.
La presunta vinculación de policías con el negocio del narcotráfico se conoció por intermedio del testimonio del “colaborador encubierto” policial, Juan Francisco “el Francés” Viarnes, ofrecido al programa ADN de Canal 10 de Córdoba, y luego el fiscal federal Enrique Senestrari impulsó una investigación.
Viarnes, en calidad de “arrepentido”, dio su testimonio ante las cámaras de televisión y manifestó que jefes policiales de la lucha contra la droga tenían vínculos con narcotraficantes, quienes pasarían información a cambio de ser retribuidos con parte de los estupefacientes secuestrados en operativos antidrogas.