Un albañil de la ciudad de Oliva fue condenado ayer en los Tribunales de Villa María por distintos episodios de violencia familiar cometidos en perjuicio de su expareja durante el transcurso de 2012.
Mario Alberto Ibáñez recibió una pena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo, tras ser declarado autor responsable de los delitos de “amenazas reiteradas”, “lesiones leves” y “desobediencia a la autoridad”, en el marco de un juicio de trámite abreviado que se llevó a cabo en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen.
Ibáñez, de 30 años de edad, estaba acusado de haber golpeado a su exconcubina, Yanina Barrionuevo, a quien además intimidó con amenazas verbales y escritas (a través de mensajes de texto), e incluso incumplió una orden de restricción judicial que le impedía acercarse a la vivienda de la mujer o contactarse con ella por cualquier medio.
Como la pena impuesta no supera los tres años de cárcel, el irascible sujeto está en condiciones legales de solicitar la “libertad condicional” porque ya cumplió los ocho meses de detención que exige la legislación vigente (está preso desde mediados de enero).
Sin embargo, como se trata de un caso de violencia de género, Ibáñez será sometido a una exhaustiva pericia psicológica para determinar si está en condiciones de reinsertarse socialmente.
El procero oral y público fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal en lo Correccional Horacio Vázquez y del abogado defensor Manuel Toledo, mientras que la secretaria actuante fue Marcela Mattalía.
Según quedó expuesto durante la audiencia de debate, Ibáñez registraba nueve denuncias por parte de su expareja, quien en la sede policial olivense dejó constancias de haber recibido amenazas personales y telefónicas (algunas a través de llamadas y otras mediante mensajes de texto), además de sufrir golpes de puño. Asimismo, quedó establecido que el agresor no cumplió con una orden de restricción impuesta por la Justicia.