Un informe del consultor Ernesto Kritz, advierte que tal como está diseñado el sistema de asignaciones por hijo, se consolida el patrón de distribución inequitativa de la riqueza.
La CTA local ratificó, en base a ese informe, el viejo reclamo solicitando una asignación universal por hijo, independientemente del trabajo formal o no de sus padres.
Kritz, titular de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) señala que “el problema con estos instrumentos, es que más del 95% del monto de transferencias beneficia a los asalariados formales, que en su gran mayoría están sobre la línea de pobreza, y a los no asalariados de las clases media alta y alta", pero "los que más necesitan las transferencias, en especial las monetarias, son los que menos reciben", precisa el SEL.
Al respecto, menciona que "en el 30% más pobre de la población, uno de cada dos menores a cargo no es sujeto de transferencia alguna; sólo uno de cada tres pertenece a un hogar donde el padre o la madre cobra una asignación por hijo a cargo y, lo que es más sorprendente aún, apenas uno de cada ocho recibe asistencia monetaria de un plan social".
El estudio indica también que "mientras que en los hogares del 20% más pobre el promedio de menores de 18 años a cargo es 2,1%, en el 20% más rico es de sólo 0,4%. De este modo, en el primer nivel estudiado, donde la mayoría es indigente, se concentra cerca de un cuarto de los menores dependientes; los tres niveles siguientes, donde está la población en situación de pobreza, acumulan más del 50%. La mitad de estos chicos tiene no más de 9 años de edad y el 80% no más de 14 años".