El Colegio de Abogados de Villa María debe analizar la propuesta de una colegiada que impulsa el cambio de nombre de la institución para que sea inclusivo para los letrados varones y las mujeres.
Hasta el momento, no hubo una respuesta concreta de la institución a la iniciativa que tiene antecedentes en organizaciones similares de otros países que denominan al colegio “de abogadas y abogados”.
En nuestro país, hay proyectos similares presentados, entre otros lugares, en Tucumán y La Pampa. En el primer caso, las letradas María Soledad Deza y Teresa Ivankow, impulsaron el cambio de nombre por el de "Colegio de Abogadas y Abogados", "Colegio de Abogados y Abogadas", "Colegio de Abogad@s", "Colegio de Abogaxs", "Colegio de Abogadas/os", "Colegio de Abogados/as" o "Colegio de profesionales de la Abogacía".
En los fundamentos, esgrimieron que al nombrar sólo al profesional masculino, carece “de enfoque de género, resultando así excluyente de las abogadas y por ende, violatorio de las disposiciones normativas en vigencia que exigen la eliminación de todo trato discriminatorio en razones de sexo".
"El poder de nombrar -es decir, de crear y definir las palabras, crear y definir las reglas gramaticales de un lenguaje determinado, de proporcionar a las cosas identidad, evocándolas y estableciéndolas como puntos de referencia o relacionadas unas con otras- es el poder de conformar una cultura determinada, es el poder de establecer lo que existe y lo que no existe, lo que se considera natural y lo que no lo es, lo bueno y lo malo. El poder de la palabra es poder escoger los valores que guiarán a una determinada sociedad".
"Es la perspectiva masculina lo que informa y define todo, dado que los hombres/varones han detentado siempre "el poder de nombrar" en toda comunidad organizada", agregaron.
En La Pampa la concejala y abogada Celia Assel solicitó formalmente a la Comisión Directiva del Colegio de Abogados y Procuradores, con sede en Santa Rosa, el cambio de nombre y propuso, en el mismo sentido que en Tucumán, que la entidad pase a llamarse "Colegio de Abogados y Abogadas" o "Colegio de profesionales de la Abogacía".
"Desde la militancia feminista consideramos que utilizar un lenguaje no sexista en la vida cotidiana y en las distintas instituciones es muy importante porque se va construyendo un nuevo pensamiento", explicó Assel.
Ahora, los letrados y letradas del colegio villamariense deberán analizar la propuesta.