Niños y niñas de distintos barrios de Villa María se unieron ayer para dar un contundente mensaje en pedido de paz, en el marco de la conmemoración, hoy, del Día Internacional por la Paz.
Fue desde las 10.30 en el Centro Integrador Comunitario de barrio Nicolás Avellaneda. Allí asistieron numerosos pequeños del Centro de Promoción Familiar Ramón J. Cárcano (que funciona allí, en la esquina de Salta y La Quiaca) además de alumnos de cuarto grado de la Escuela Nicolás Avellaneda, el quinto grado de la Juana Manso y estudiantes de la Escuela Granja Los amigos.
Edith Oscarez, coordinadora del centro, resaltó -al recibir a EL DIARIO- que se trató de un evento enmarcado en actividades que buscan fortalecer la autoestima de los pequeños y reflexionar sobre la importancia de la paz “ante tanta violencia que existe”.
“Hacemos hincapié en que el diálogo siempre es la mejor vía, subrayamos la idea de resolver problemas a través de la palabra e inculcar el ser solidario”, señaló.
La actividad se inició, precisamente, con una reflexión sobre la paz y continuó con el canto del Coro de señas de Desarrollo Social de la Municipalidad (área de la que depende este Centro Integrador).
Luego, Liz Girelli, del coro de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, también dejó su música y finalmente hubo chocolate y torta.
El encuentro finalizó con una suelta de globos de colores amarillos y blancos.
Al cielo fueron a parar 200 globos, 30 de los cuales llevaron mensajes escritos por los niños que habitualmente concurren a este lugar. Allí plasmaron mensajes de ellos y de sus familias (hubo quien pidió reuniones en los barrios en pos de la paz y otros enfatizaron en la importancia del diálogo con compañeros y el respeto mutuo) y se colocó la dirección del centro de promoción familiar. Pretenden que quien haya recibido ese globo con mensaje pueda comunicarse con los impulsores de la iniciativa para contarles.
Oscarez confirmó que a partir de ayer, todos los años harán este evento por la paz.
A este establecimiento concurren, según precisó, cerca de un centenar de niños de entre 6 y 12 años, en dos turnos.
Tienen varios talleres como arte, cuento, folclore, alimentación, Educación Física y apoyo escolar (Lengua y Matemática son las más demandadas).
“La demanda es constante y hay lista de espera”, develó la coordinadora.
El plantel de educadores está compuesto por seis docentes y una psicopedagoga.
Oscarez dijo que detecta la importancia de trabajar para revertir la violencia verbal y en ese sentido manifestó que “tratamos de hacer actividades lúdicas enfocando en que lo mejor siempre es dialogar”. “Cuando hay problemas entre los chicos hacemos charlas. A veces es fácil revertir situaciones problemáticas, otras veces no tanto”, admitió.
La institución abarca, esencialmente, a los nenes que residen en barrios Felipe Botta, San Nicolás y Nicolás Avellaneda.