El viernes pasado falleció, a los 66 años, Eduardo Héctor Ataide, recordado y entrañable profesor de Historia y exdirector de curso del Instituto Rivadavia, quien además fue un legendario disc jockey de los años setenta y principios de los ochenta. Bajo el seudónimo de "Negro Treke", Ataide comandó durante once años las noches de la mítica y céntrica confitería Kreo, sobre calle Corrientes, desde febrero de 1970.
En una entrevista concedida a EL DIARIO en 2008, recordaba sus incursiones en las bandejas, gracias a José María Giordano, uno de los socios del mentado boliche.
En tal ocasión valoraba a Piero Mussi como uno de sus maestros: "Fue el que me enseñó los yeites del trabajo, cómo cambiar el brazo de una bandeja a otra y empalmarla, no como hacen ahora que mezclan los temas". Con el mismo tenor, rememoraba cómo accedía a su “materia prima” en aquella época: "Le pedía discos al hermano de mi madre que vivía en Estados Unidos y viajaba a Buenos Aires a comprar en las disquerías. Fui uno de los primeros Djs del país en poner a Barry White, por un disco que me trajeron de Brasil. Nunca puse algo del Club del Clan, ni Manolo Galván, ni ‘Ultimo tren a Londres’. Sí, Los Náufragos, Los Gatos, Serrat, Roberto Carlos, Arco Iris, Almendra, Led Zeppelin, Deep Purple, hasta Bob Dylan. La música disco de aquella época era fantástica, mucho mejor que la de ahora", había remarcado.
En los años ochenta “Treke” se encargaría de la música de la disco Fly y años más tarde haría lo propio en la vuelta de su primer boliche, denominado Re Kreo).
Sus restos descansan desde ayer en el cementerio parque La Naturaleza de Villa Nueva.