Escribe: Federico Gazzoli
En un partido en el que durante el primer tiempo se jugó un fútbol muy enredado, en el que escasearon las situaciones de gol y la mayor parte del juego se desarrolló en la mitad del campo de juego, Rivadavia y Deportivo Argentino se guardaron las emociones para la etapa complementaria y en ese período del encuentro el “Verde” fue más efectivo que el “Lobo” y terminó derrotándolo por 2 a 1.
Tan flojo fue el nivel futbolístico que pudo observarse durante los primeros 45 m en Arroyo Cabral que cada equipo tuvo una sola oportunidad como para anotarse en el marcador, aunque en ese contexto el elenco dirigido por Christian Romero mostró una leve superioridad sobre su adversario, basada sobre todo por la superioridad que marcó en la mitad de la cancha, ganando la mayoría de las pelotas divididas y metiendo pases en profundidad que lastimaron a una última línea cabralense que por momento se mostró muy dubitativa.
Sin merecerlo, los dirigidos por Marcelo Santoni casi se ponen en ventaja a los 17 m, cuando Leonel Strumia envió un tiro libre al área en forma de centro hacia la altura del palo derecho donde Samuel Garis apareció en libertad, pero increíblemente definió defectuosamente a las manos de Michael Becco.
La más clara Argentino la generó a los 20 m en los pies de Ramiro Cortez. El delantero ingresó al área tras superar la marca de Samuel Garis y cuando quedó mano a mano con José Gobbi metió un derechazo que reventó el travesaño.
La mediocridad de la etapa inicial quedó atrás para el segundo tiempo y aunque la pierna fuerte se hizo más frecuente con el correr de los minutos, ambos conjuntos salieron más decididos para ir en busca de la victoria y así comenzaron a generarse los espacios que permitieron que pudiera observarse más acción sobre las áreas y un encuentro más entretenido.
Transcurrían tan sólo 5 m cuando, tras una gran maniobra personal, Ramiro Cortez nuevamente quedó cara a cara con José Gobbi y sacó un derechazo que se fue apenas al costado del poste derecho.
Pero en el mejor momento de Argentino, Rivadavia se encontró con algo que terminaría cambiando el desarrollo del partido. Se jugaban 17 m y Rodrigo Santoni metió un derechazo cruzado, Michael Becco dio rebote hacia el medio y allí apareció Julio Gastaldi, un ex de Argentino, con toda la sed de un goleador para empujar el balón con su pie derecho, decretando la ventaja en favor del “Verde”.
Sin embargo, el “Lobo” no se amedrentó al encontrarse en desventaja y siguió atacando el arco contrario. Fue así que a los 25 m Facundo Ñáñez ingresó al área y fue derribado por Franco Rojas, razón por la cual el árbitro Lucas Tablada no dudó en señalar penal para el combinado villamariense. Claudio Díaz lo cambió por gol, señalando el empate con un zurdazo violento al medio del arco y ante un arquero que voló hacia la izquierda.
El partido estaba para cualquiera en ese momento de la tarde y en ese panorama el primero que golpeara lo haría más fuerte y posiblemente se terminaría quedando con los tres puntos.
A los 30 m Michael Becco desvió al córner un tiro libre impulsado por Daniel Berterame, jugador que volvió ayer a la Primera de Rivadavia tras una lesión que lo alejó de las canchas en el mes de febrero, quien terminaría siendo fundamental en la definición del encuentro. El saque de esquina fue impulsado por Leonel Strumia desde la izquierda, Federico Ferrer cambió de cabeza la trayectoria del balón y a la altura del segundo palo apareció Daniel Berterame para rematar de zurda y poner el 2 a 1 con el que Rivadavia terminó festejando, por conseguir una victoria para la cual tuvo que luchar mucho para conseguir.
La figura
Julio Gastaldi. No solamente por marcar el tanto que abrió el partido, sino porque también fue uno de los que más se movilizó por todo el frente de ataque “verde” y porque cuando tuvo que hacerlo no dudó en bajar algunos metros para hacerse con la pelota y pasársela al compañero mejor ubicado. También fue bueno el trabajo de Strumia. En Argentino los mejores fueron Díaz y Cortez.
El árbitro
Regular arbitraje de Lucas Tablada, quien acertó en las amarillas que mostró apenas comenzado el partido, como para tratar de evitar el juego brusco, pero luego exageró en algunas cartulinas que sacó y se olvidó de mostrar otras tantas.