Las injusticias existen en todos los órdenes de la vida, y el fútbol no es la excepción. Esta se hizo evidente en el cotejo disputado en el “Pozo” de barrio Almirante Brown. Alem quedó como único puntero de la Zona “B” de la Liga Villamariense de Fútbol tras conseguir una victoria totalmente inmerecida ante River Plate por 1 a 0.
Cabe aclarar que el “León” ganó legítimamente y jugando un “limpio” partido, al igual que su rival. El mismo careció de fuertes infracciones, goles anulados o jugadas polémicas. Por suerte, nada de eso pasó.
Cuando se habla del inmerecido triunfo de Alem, se hace referencia a que el local, por control de juego y situaciones de gol, era quien debía “teóricamente” ganar el encuentro. Está bien, a todos se nos vendrá a la cabeza automáticamente las famosas frases futboleras: “Los goles no se merecen, se hacen” o “Los partidos no se juegan, se ganan”.
Dichas máximas suenan bien y convencen cuando un equipo gana una final, un clásico o se salva del descenso. Pero estas excusas deben quedar de lado cuando uno aspira a liderar un campeonato y enfrenta al último de la tabla.
Alem estaba casi obligado a “pasar por encima” a River. La banda, no había sumado ni siquiera una unidad en seis fechas disputadas y el tricolor venía de vencer al líder, 9 de Julio de Pasco.
Los villanovenses “olfateaban” la accesibilidad de su cotejo y sabían del difícil compromiso del “Patriota” que jugaba el clásico de la región frente a Atlético Ticino. Quizás estas presunciones lo relajaron antes del comienzo de los 90 minutos y esto motivaba también al local.
Desde el vestuario millonario resonaban las arengas de Sánchez y Arce. La “banda” estaba motivada y dispuesta a dar el batacazo. Casi lo logra.
Desde el primer minuto, la actitud mostrada por los jugadores de Bengoa era muy superior a la del visitante. En tan sólo 6 minutos, River había incomodado a Maggi a través de Bomprezzi, Arce y López, que erró un mano a mano increíble.
Mayco Sánchez y Jorge Rodríguez manejaban criteriosamente el balón en mitad de cancha y la entregaban de la mejor manera a sus delanteros. Bomprezzi y Arce tenían claras chances de poner en ventaja al “millo”, pero carecían de puntería a la hora de definir.
Alem no existía dentro del campo de juego. A los dirigidos por Morello se los notaba cansados, nerviosos, dormidos, y desbordados por un conjunto de pibes que hacían lo que podían por “lastimar” a un experimentado “león”.
El “tricolor” pudo llegar recién a los 36 minutos del primer tiempo, cuando una pelota cruzada penetró el área local y encontró solo a Maximiliano Leroux. El delantero “canchereó” la situación y desperdició una chance inmejorable de abrir el marcador.
En el complemento, la superioridad “millonaria” siguió acrecentándose.
En poco más de 20 minutos Guillermo Arce había malogrado cinco oportunidades de gol. La ineficacia goleadora del equipo local preveía lo impensado.
A los 31 minutos, la defensa riverplatense descuidó a Leroux porque estaba adelantado, sin embargo un saque lateral lo habilitó y lo dejó mano a mano frente a López. El delantero villanovense, recordó la ocasión perdida infantilmente en la primer etapa y “fusiló” al uno local para decretar el 1 a 0 definitivo.
El partido terminó con el gol visitante. No pasó más nada. Alem estaba satisfecho con el triunfo y River no tenía el ánimo suficiente como para ir en busca del empate.
Los dirigidos por Bengoa continúan últimos y sin sumar, pero no deben bajar los brazos. El equipo va por buen camino, sólo deberá serenarse y afinar la puntería si quiere comenzar a cosechar unidades.
En tanto, Alem consiguió la victoria y el liderazgo que pretendía, pero jugó 90 minutos para el olvido. El “león” deberá mejorar mucho lo realizado si quiere ser un verdadero protagonista del campeonato.
La figura
Jorge Rodríguez aportó claridad durante todo el partido. Fue la descarga permanente de Sánchez por izquierda y el mejor nexo de mediocampo con los atacantes.
El árbitro
Carlos Guzmán dirigió correctamente un partido sin ningún tipo de complicaciones.