La historia le ha reservado un espacio y el mundillo musical le ha colocado un rótulo, el hombre que casi, casi, inventó el soul. James Brown, una de las mayores y extravagantes figuras de la música negra, nació en Barnwell, Carolina del Sur (Estados Unidos) el 3 de mayo de 1928. Vivió el desenlace de la extrema depresión económica de su país. Fue abandonado por sus padres a los cuatro años. Lo criaron sus parientes y de adolescente ya bailaba en la calle para juntar alguna que otra moneda. Sus primeros años no transitaron por caminos felices, tuvo que pasar por algunos períodos privado de su libertad y recaló en un reformatorio para después sí, comenzar a encaminarse, en cierta forma. En 1954 formó el grupo Famous Flames, un cuarteto que se dedicaba a cantar gospel, pero que también incursionaba tocando rythm and blues, rock and roll y, por cierto, soul. Comenzaba para Brown un período de reconocimientos y elogios, una época en que llegó a realizar entre 250 y 300 shows en vivo por año, en tanto aumentaba su fama y su cuenta en el banco. Su estilo se transformó en un clásico, la armonía gospel de siempre, pero además, improvisaciones vocales y gritos desgarradores sobre los escenarios contorsionándose y adicionándole una pantomima de muerte y resurrección que se repetía casi siempre al final de sus presentaciones. Entre una pila de éxitos, salieron éstos, quizás algunos de los más populares, "Papa's got a brand new bag", “I got you", "I feel good" y "I got the feelin", entre muchos más. No pocos colegas de James Brown dejaron de reconocer la profunda influencia que "Godfather of soul" (como se le conocía en el ambiente artístico), había ejercido sobre sus propios estilos. Mick Jagger, por ejemplo, dijo que su modo de ver y escuchar música en vivo cambió después de ver a Brown sobre las tablas. Fue uno de los intérpretes negros más poderosos de los Estados Unidos, a tal punto que en 1968, él mismo, mediante su discurso, logró atenuar los disturbios raciales que originó la furia de su comunidad tras el asesinato de Martin Luther King.
Sinatra enojado
Durante 1990, la cantante irlandesa Sinead O’Connor, debía presentarse en un recital en Nueva Jersey, pero debía esperar previamente la ejecución del himno de los Estados Unidos, motivo que impulsó la negativa de la joven intérprete a cumplir con sus obligaciones profesionales. Esto desató la ira de todo el pueblo americano, pero principalmente del "intocable" Frank Sinatra, que al respecto espetó "¿cómo se atreve esa estúpida a desobedecer los principios de nuestra nación?, si fuera un hombre, yo mismo le patearía el trasero", culminó diciendo Frankie. Unos meses después, consultada O’Connor sobre los hechos y la opinión de "la voz" sobre lo ocurrido, la novel cantante le respondió a la revista Esquire "no puedo golpear a ese hombre, debe de tener unos 78 años, probablemente lo mataría".
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO