“Escandalosas”
El jueves pasado, la obra de teatro de revista “Escandalosas” brindó dos funciones (la primera casi repleta, la segunda con menos de la mitad de sala), en el Teatro Verdi.
El espectáculo, que comprendía todos los ítems necesarios de una buena pieza del género (esculturales mujeres -como las hermanas Xipolitakis- prácticamente desnudas, dinámicas coreografías munidas de impactante vestuario y sketches risueños dotados de procacidad y alusiones sexuales), fue coronado por la presencia de dos estrellas legitimadas de la escena farandulesca: Moria Casán y Carmen Barbieri. Mientras la ex de Santiago Bal hacía chistes referidos a su separación e introducía a su hijo Federico al monólogo, la mamá de Sofía se convertía en una verdadera “Pinti con ovarios”, con una frenética verborragia que culminara con una simpática intervención del público (los bailarines y las bailarinas terminaron bailando con agraciados espectadores).
“Acaloradas”
El viernes por la noche se estrenó en el auditorio del Club Sarmiento la puesta “Acaloradas”, a cargo del Elenco del Teatro Independiente, dirigido por Walter Staüble.
La comedia, escrita por Esther Feldman y Cristina Wargon, pone en consideración -con total desparpajo y notable empatía con el público femenino- los distintos arquetipos de mujer de las cuatro décadas que se fueron moldeando en la sociedad contemporánea, abriendo interrogantes sobre la institución matrimonial. Susana (recreada magistralmente por Eliana Rojas) es la “separada” descreída de la unión formal que no puede concebir la relación de su ex con una joven. Norma (a cargo de una precisa Gabriela García) es la defensora a ultranza del casamiento, pero dependiente enfermiza de su ascendencia matriarcal. Mirta (en la piel de Carmen Monti, la grata sorpresa del elenco) es la antítesis de Norma, dado que oficia como amante clandestina, gratificada por el placer pero marginada de la contención marital. Cecilia (una prometedora Florencia Borgognone) es la hija de Susana, quien recurre a las amistades de su madre antes de casarse. Un develador espejo del mal llamado sexo débil.
Juan Ramón Seia