La coordinadora de la Comisión Nacional de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación), Perla Prigoshin, señaló ayer que “de nada sirve” declarar la emergencia en violencia de género en Villa María y criticó la idea de un albergue para mujeres que son víctimas de la misma.
La especialista llegó a la ciudad invitada por el Instituto de Extensión de la Universidad Nacional, el municipio, el Frente de Mujeres del Movimiento Evita y el Movimiento Popular por la Igualdad para disertar anoche en el Centro Cultural Leonardo Favio. A la mañana, en tanto, dialogó con los medios de comunicación en un hotel céntrico y aseveró que “el albergue no viene a cerrar las necesidades de las mujeres que son víctimas de la violencia”.
En primer lugar, consideró que desde el punto de vista de la seguridad no lo ve factible, ya que estaría identificado por el resto de la sociedad, por lo que debería contar entonces con mucha custodia.
“Si lo pienso desde lo que psicológicamente representa para las mujeres ser albergadas, tampoco. Es como volvernos a poner en el lugar de los niños, de los minusválidos. No es lo mismo que tener un hogar temporario, un espacio de tránsito”, dijo en segundo lugar.
“De lo que hay que dotar a las mujeres es de un proyecto de vida que no tienen, porque el violento se ocupó de cercenárselos. El violento es el que les dice no, no vas a ir a trabajar. Después golpeará. No vas a ir a trabajar para traer esa miseria, quedate a cuidarme los pibes, le dice. La mujer, entonces, cada vez está más sola, aislada, desprotegida, con menos seguridad sobre sí misma”, declaró la doctora.
Prigoshin interpretó que la creación de estos lugares no es una solución y que reproduce el ser víctima. “Vení, vos, que no podés, a este lugar”, graficó y añadió que si no es público, es “como vivir en la clandestinidad”.
Como propuesta, pidió pensar en alquileres sociales u otorgar beneficios impositivos a los desarrolladores inmobiliarios para que cuando construyan un barrio designen una casa para que las mujeres puedan estar de manera transitoria ante estos casos.
“Un albergue sólo es una curita, no pongamos más parches, o pensamos en plan de prevención de erradicación y sanción de violencia o decimos no sé qué hacer y recurrimos a un asesoramiento”, expresó.
Evaluó que el mismo debe tener particularidades de acuerdo al lugar en el que exista, no siendo universal, “porque no es lo mismo Jardín de América que Caleta Olivia”. “Son distintas realidades, a ver si el federalismo se ve de verdad”, pidió.
Más tarde, cuestionó a quienes critican que la víctima denuncia, pero suele regresar con el agresor. “Y claro, eso es inherente al ciclo de la violencia: ir naturalizando en la mujer que es una basura. Se lo han dicho tanto... Callate, estúpida, no servís para nada. ¿Creen que una psiquis puede resistir acoso semejante?, además que es lo único que escucha”, advirtió.
La entrevistada reveló que aumentó la sensibilización y entonces las mujeres “saben lo que están viviendo, saben que no lo tienen que bancar, creció la percepción de que lo que viven es violencia”.
Manifestó que si ellas cada vez “se insertan más o se sienten con más derechos de tener una amiga, cuentan con una dosis de libertad, entonces el hombre nuevo está en el horno e impotente y la impotencia se manifiesta con el insulto y el golpe”.
“No son enfermitos, son sanos hijos del patriarcado”, aclaró.
“Ninguna tiene este origen”
Más tarde, dijo preocuparse por “tanta necesidad de meter dentro de la violencia de género lo que pasa con los varones, con los niños, con la tercera edad, con personas con discapacidad”.
“¿Qué pasa que no se puede llamar violencia de género y ser inherente a las mujeres? Hay instituciones que se ocupan de la violencia contra los niños, hay para todos los casos, pero ninguna tiene el origen de ésta, que es el establecer una relación de control sobre la zona sur de la mujer, sobre nuestro cuerpo”, afirmó.
Respecto a las sanciones, admitió que “son en más de un caso una mínima reparación para las víctimas”.
“Tenemos en claro que no es la solución, pero pertenecemos a un Gobierno que ha hecho de la defensa de los derechos humanos una bandera, con lo cual no consagraremos la impunidad”, manifestó.
En este sentido, contó que se debe trabajar para encontrar vías para sancionar la violencia mediática. “Tinelli (Marcelo, conductor televisivo) incurre en todas las violencias que se te ocurran, pero cualquier cosa que se te ocurra (como sanción económica) la tiene calculada en su costo de producción”, apuntó.
El caso Villa María
“Es muy incómodo venir con el dedito a decir qué hay que hacer en un lugar donde se está haciendo, es soberbio y porteñamente mesiánico”, fue lo primero que dijo Prigoshin cuando se le preguntó su visión sobre lo que se está haciendo en la ciudad en cuanto a violencia de género.
Consideró que se debe profundizar “el laburo con la formación de operadoras de las primeras horas, porque cuesta que las mujeres puedan denunciar en la comisaría”.
“Algunas perdieron el miedo a denunciar, pero yo me planteo si se las escucha con oreja de género o no y si después de hacerlo tiene que volver al lugar donde está el violento. ¿El Poder Judicial local lo excluye rápidamente o no? Lo averiguaré”, declaró.
Subrayó que la forma de atender la temática es desde tres ángulos: trabajando en empoderar a las mujeres con los hombres para elaborar nuevos modelos de ser varones y trabajar con los profesionales de la ruta crítica de la violencia -médicas, docentes, integrantes de las fuerzas de seguridad, todas aquellas que están en contacto con las mujeres o niños-.
Cuando se le contó que organizaciones sociales juntaron centenares de firmas para que se declare en la localidad la emergencia en violencia de género, dijo estar de acuerdo con los ediles del oficialismo que no le dieron vía libre.
“No es así, si no hay conciencia en quienes gestionan y no hay voluntad política para ponerla en el lugar que corresponde, no sirve para nada la declaración”, remarcó y agregó: “Si es por eso, la Ley 26.485 tiene artículos que especialmente sostienen que hay que dedicar presupuesto desde los tres poderes de todos los ámbitos del Estado”.
“¿Entonces, para quién va a ser la emergencia?, ¿eso le va a dar perspectiva de género a todos los jueces?”, se preguntó.
Aclaró que “al municipio le corresponde también actuar, a todos”, al contarle que una jueza le demandó públicamente a la comuna recursos para atender la problemática.