NOTA Nº 346, escribe Jesús Chirino
El 29 de septiembre de este año se cumple el centenario del nacimiento de un importante pensador realmente nacional y popular, que por algunos años vivió en nuestra Villa María. Aquí inició su largo camino de pensar la cultura y las corrientes ideológicas argentinas y latinoamericanas. Hablamos del intelectual nacionalista y marxista Juan José Hernández Arregui quien, según el “Diccionario biográfico de la izquierda argentina” dirigido por Horacio Tarcus, nació en 1913 en la localidad de Pergamino, provincia de Buenos Aires. Influyente ideólogo del nacionalismo de izquierda durante los años ´60 y principios de los´70 del siglo próximo pasado.
Llegada y actividad laboral
La historiadora María Elena García Mora, en una ponencia presentada en el “Primer Congreso de estudios sobre el peronismo: la primera década”, desarrollado en Mar del Plata en el año 2008 por la Red de estudios sobre el peronismo, describe brevemente los primeros años de vida de Arregui. Allí nos cuenta que, siendo muy niño, su familia se trasladó “a la ciudad de Buenos Aires en medio de un conflicto conyugal de sus padres, que finalmente promovió el abandono paterno del hogar. A comienzos de los años 30, inició tanto su militancia en el radicalismo yrigoyenista como sus estudios de derecho en la Universidad de Buenos Aires. Con todo, la muerte prematura de su madre suscitó el abandono de sus estudios, así como su traslado a Villa María, en la provincia de Córdoba, a instancia de la invitación de un tío”.
Este pariente no era otro que Juan S. Arregui, un sabattinista intransigente que ejercía la jefatura política. Es decir, delegado local del gobernador, teniendo bajo su mando la Policía provincial en la región. Este tío no sólo lo recibió en la ciudad, sino que también se ocupó de conseguirle un trabajo haciéndole cumplir funciones como adscripto a la Secretaría Policial que dependía de su jefatura.
En esta ciudad, el joven Arregui se integró a la vida social del lugar y comenzó a desempeñarse profesionalmente en la escritura. El periodista local Victoriano Godoy lo recordaba tomando café en las mesas de la confitería La Esperanza, ubicada donde hoy está Café Argentino, como así también bailando en los salones del Palace Hotel, de la esquina de Sobral y Mendoza. Hernández Arregui en Villa María también ejerció el periodismo, incluso fue vocal del Centro de Periodistas en el año 1939 y en 1937 había sido secretario de redacción en el diario local Momento.
Escritos locales
Fue en Villa María donde este pensador comenzó a trabajar para descifrar las claves de la historia del pensamiento argentino. Incluso antes de que en 1938 ingresara a la Universidad de Córdoba para estudiar Filosofía, dejando de lado la carrera de Derecho que había tenido que abandonar en Buenos Aires. Años antes, en una carta pública fechada el 4 de enero de 1937, se declaró “radical antiimperialista” a la vez que comentó su expulsión de la Universidad de Buenos Aires, en 1931, cuando usurpaba la Presidencia de la Nación el general Uriburu.
En algunas biografías suele aparecer que Arregui se instaló en la ciudad de Córdoba cuando inició su carrera universitaria, pero los documentos señalan que en mayo de 1938 integró la delegación villamariense que concurrió al primer Congreso Nacional de Periodistas, realizado en la ciudad de Córdoba. El mencionado Victoriano Godoy publicó en El Diario (1984) que en aquel congreso Hernández Arregui “… coadyuva con ponencias y proyectos para lograr en la comisión respectiva la aprobación de la Ley de Contrato de Trabajo”. En ese mismo año, pero en el mes de septiembre, se publicó en Villa María un número único de la Revista Sarmiento en honor al cincuentenario de la muerte del Domingo Faustino Sarmiento. Allí, Arregui escribió un artículo titulado “Las ideas sociológicas de Sarmiento. Ubicación del hombre - El medio social - La intuición”. El editor agregó a la nota una presentación del autor, señalando que el mismo se destacaba “no sólo por sus condiciones de periodista y escritor enjundioso, sino por su recia y sólida cultura, muy especialmente en lo que se refiere a los temas sociales. Arregui tiene todas las características del hombre de letras, que cultiva por sobre todas las cosas su honestidad intelectual. Hombre de izquierda, sin claudicaciones ni dobleces, es respetado y estimado por los hombres de espíritu y, en su charla de hombre que vive interiorizado de los movimientos sociales, hace de él a un interesantísimo conversador”.
Pero incluso antes de esta publicación, Hernández Arregui ya había firmado interesantes notas en la prensa villamariense. Según sostuvo el historiador local Bernardino Calvo, el 25 de junio de 1995 en EL DIARIO, durante el tiempo en el cual Arregui residió en Villa María, también escribió otros trabajos como “Otro mito fascista destronado. La natalidad artificial” y “Radiografía del fascismo”. El primero de estos artículos vio la luz el 8 de marzo y el otro el 1 de diciembre de 1937, en el diario local El Tiempo. Esto es un año antes de que Arregui ingresara a la carrera de Filosofía de la UNC, donde en 1944 se graduó como doctor en Filosofía con diploma de honor y medalla de oro, con la tesis titulada “Las bases sociológicas de la cultura griega - el proceso de socialización de los instintos”. En esta universidad se encontró con el filósofo italiano Rodolfo Mondolfo, docente que se transformaría en influyente figura en el desarrollo de su vida intelectual.
Si bien vemos que en 1938, en la revista dedicada a Sarmiento ya se lo caracteriza como hombre de izquierda, Tarcus en su diccionario sitúa la filiación marxista de raíz hegeliana e historicista de Arregui a partir del egreso de la carrera de Filosofía. Por aquel tiempo aún continuaba afiliado al radicalismo y publicó en periódicos relacionados con ese partido político. En una Convención de la Unión Cívica Radical de 1945 discrepó con el historiador Emilio Ravignani. Para Arregui ya era incómodo seguir en el campo de acción que fijaban los límites ideológicos del radicalismo, pero aun así no se desafilió. En las elecciones de febrero de 1946 votó por Amadeo Sabattini para la gobernación de Córdoba y por Juan Domingo Perón para presidente de la Nación. El 10 de febrero de 1947 renunció a la UCR definiéndose por el peronismo. Ese año se instaló en Buenos Aires junto a su esposa, la maestra Odilia Giraudo.
Padre de una generación revolucionaria
Intelectual de importante producción, entre sus obras podemos mencionar “Imperialismo y cultura” (1957), “La formación de la conciencia nacional” (1960), “¿Qué es el ser nacional? (1963), “Nacionalismo y liberación” (1969) y “Peronismo y socialismo” (1972). Sus libros fueron de gran difusión e influencia entre el peronismo de izquierda. El mismo Arregui mantuvo correspondencia con el Perón exiliado en España. En el estilo pendular de conducción que desarrollaba el general, le reconoce a Arregui que sus obras son un aporte a la doctrina peronista. Volviendo a Tarcus, vemos que éste señala que Arregui desde su visión marxista sostiene que “el peronismo constituye una etapa decisiva pero transitoria en la formación de una conciencia nacional, proceso que se remonta a las montoneras en el Siglo XIX y que remata en el socialismo”. El mismo historiador, en una entrevista periodística publicada en el suplemento Radar del Diario Página/12, en julio de 2007, señaló que Juan José Hernández Arregui “es un nacionalista discípulo de Rodolfo Mondolfo, un lector de Marx que está permanentemente disputando el marxismo con la izquierda”.
Acosado por la derecha peronista, Arregui falleció en Mar del Plata el 22 de septiembre de 1974. Para el historiador Alberto Lapolla, este intelectual había sido uno de los padres de la joven generación revolucionaria de entonces y algunas de sus obras habían permitido la incorporación de vastos sectores juveniles de las capas medias al nacionalismo y luego al peronismo revolucionario.