Escribe Silvina Scaglia, Lic. en Nutrición
No sólo queremos adelgazar sino que, además, pretendemos que sea rápido. La velocidad del descenso de peso debería ser un elemento secundario. Muchas personas buscan dietas milagro, con la que buscan cambiar en pocos días una situación fraguada durante años. Estas dietas, aconsejadas por amigos o vecinos son, en la mayoría de los casos, restrictivas y desequilibradas. Al ser restrictivas, favorecen la aparición del llamado síndrome yoyo. Es decir provocan una pérdida de peso inicial a la que sigue un aumento en cuanto se vuelve a la alimentación normal, por lo que rara vez permiten consolidar el peso deseado. Algunos errores:
- Se concede más importancia al objetivo de adelgazar a toda costa, que a la alimentación.
- Creer que lo más difícil es adelgazar, no dándole importancia al cambio de hábitos para poder más adelante mantener el peso.
- Pensar que cualquier dieta que se haya mostrado efectiva sirve para todo el mundo.
Claves del éxito
La clave para perder peso no es suprimir algunos alimentos ni sustituirlos por otros, sino reducir la cantidad de alimentos totales.
Este es el cambio más seguro para reducir el aporte calórico global de la dieta sin ocasionar déficit o desequilibrio nutricional. Por eso debemos modificar nuestro estilo de vida o nuestro hábito de comida. Tenemos la posibilidad de elección, pero algo habrá que cambiar.