Escribe: Diego Pellegrini (h)
Rivadavia terminó llevándose un sufrido triunfo ante Hipólito Yrigoyen por 2 a 1. Sufrido porque tuvo la oportunidad de liquidarlo y no lo hizo, por ende el visitante pudo haberse llevado un punto sobre el final con un cabezazo de Diego Marín, que se estrelló en el travesaño.
Aunque a decir verdad, el conjunto cabralense demostró que cuando puso la pelota contra el piso siempre fue más, entregando muestras claras de porqué es el actual campeón. Pero estas muestras fueron a cuenta gotas, sólo por momentos y entonces, ante esta inestabilidad, el equipo de Tío Pujio soñó con el empate hasta el último minuto, el cual nunca llegó.
El gran comienzo le permitió al conjunto de Marcelo Santoni sacar una importante diferencia y luego navegar en un partido que tuvo turbulencias.
Esa diferencia de dos que Rivadavia sacó en los primeros veinte minutos sería la clave para los tres puntos finales. A los 12’ llegó el primero. Fue tras una gran triangulación que finalizó con el desborde por la banda izquierda de Franco Gozzerino. El juvenil mandó un centro a la cabeza de Julio Gastaldi, pero el rebote terminó quedando a merced de Rodrigo Santoni, que liquidó el 1 a 0.
El “Verde” sacaba ventaja y se acomodaba mejor en un cotejo que no mostraba mucho juego, producto del fuerte viento, mientras Yrigoyen todavía no lograba acomodarse y el arco defendido por José Gobbi le quedaba demasiado lejos.
A quien no le quedaba lejos el arco era justamente al local, ya que a los 21’ estaba festejando el 2 a 0. Fue producto del penal que le cometió Ezequiel Merani al mayor de los Santoni, cuando éste se aprestaba a eludirlo.
De la pena máxima se encargó Franco Santoni y el hijo del técnico no perdonó para doblegar la diferencia en el partido.
Los de Tío Pujio sufrían el cotejo, ya que además del resultado en su contra, tenían un resultado demasiado adverso. Encima, su rival demostraba una gran confianza con la pelota y eso se veía jugada tras jugada. Un remate desde afuera de Pascual Gudiño y otro disparo de Rodrigo Santoni, que dio en el palo, pintaban lo que era el juego.
Pero cuando nadie lo imaginaba, el visitante encontraría el descuento que tanto anhelaba. Fue con un centro de Diego Gabetta desde la derecha, que el portero Gobbi no pudo retener ni despejar y, con una mala jugada del fuerte viento, la pelota se terminó metiendo en el arco para el 1 - 2.
Una media vuelta de Matías Chiosso, que salió muy desviado, marcaba que los de Bachanini tenían vida y todo el complemento para intentar el empate.
Pero en el complemento la situación no sufriría modificaciones en cuanto al resultado. Porque Hipólito Yrigoyen lo intentó, pero le faltó “pimienta” de tres cuartos de cancha en adelante. Entonces, el juego se dio entre los goles perdidos del cabralense y algunos acercamientos del visitante.
El tiro libre de Matías Bustamante que tapó Gobbi, cuando comenzaba el segundo tiempo, y el cabezazo en el travesaño de Diego Marín, en el final, fueron las únicas opciones del equipo de Tío Pujio, que se jugó con Alvaro Nievas en ataque con las últimas fichas.
Los locales lo perdieron con Rodrigo Santoni mano a mano, mas una de Federico Ferrer (ingresó por Gastaldi) que no llegó a empujar al gol tras centro de Gudiño.
Finalmente el 2 a 1 no se modificaría para que todo Rivadavia festeje, sabiendo que se afianzó en la zona de clasificación y poco a poco va mejorando su nivel, ese que lo llevó a lo más alto del fútbol local.
La figura
Rodrigo Santoni marcó la diferencia con dos apariciones que a la postre le entregaron el triunfo a los suyos. Marcó el 1 a 0 y Ezequiel Merani le cometió el penal. También se destacó Pascual Gudiño por el lateral derecho.
El árbitro
Pablo Echavarría tuvo un discreto arbitraje. Si bien no cometió grandes errores, mostró algunos fallos que empañaron su actuación. Estuvo bien con las amarillas y en el penal a Rodrigo Santoni.