La Universidad Nacional de Villa María (UNVM), a través de su Programa de Formación Académica, de Extensión y Transferencia Tecnológica para el Desarrollo Organizacional de la Región, denominado Escuela Internacional de Negocios (EIN), participó con éxito en la convocatoria “Empretecno 2013” del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec).
Cabe señalar que el “Empretecno” es una línea de apoyo para la creación de nuevas empresas de base tecnológica (EBTs) a través de aportes no reembolsables (ANR), con un tope máximo de 2,5 millones de pesos y una contraparte del 30% en concepto de inversión.
La EIN, por medio de un convenio asociativo público-privado (CAPP), unió esfuerzos y entusiasmo con la firma Lince SA, dedicada a la gestión de subproductos industriales, y con el emprendedor ingeniero Eduardo Castillo; para llevar a cabo el proyecto “Melavill”.
Cabe señalar que también participaron de la iniciativa el licenciado Hernán Beltramino, el magíster Nicolás Beltramino de la EIN, junto a los referentes de la empresa Guillermo Ceppo, Gabriela Hintermeister y Mario Von Muhlinen.
Desde el mes de mayo se trabajo en la formulación del proyecto con la colaboración del facilitador de flujos de fondos Emprecor para ir cumplimentando las diferentes etapas de la convocatoria, hasta la defensa final el día 20 de agosto ante un comité de la Agencia Nacional de Promoción, Científica y Tecnológica. Días atrás, los impulsores del proyecto recibieron la confirmación de la aprobación del mismo.
“Este tipo de logro nos llena de satisfacción, debido a que es un ejemplo del puente entre Universidad, empresa y sociedad que se puede construir a través de la vinculación tecnológica”, sostuvieron las fuentes consultadas.
Génesis de una industria
La idea inspiradora del proyecto son los bloques de melaza multinutricionales, una alternativa en nutrición animal para complementar la dieta de los rumiantes y monogástricos; confeccionados a base de melaza (subproducto de los ingenios azucareros), fibras derivadas de las moliendas y aditivos diversos.
“Este tipo de productos, común en países de centroamericanos tienen una penetración de mercado casi nula en Argentina, debido a que la actual oferta nacional se caracteriza por ser una opción de elaboración artesanal que no ha alcanzado un nivel de solidificación recomendable, complicando la administración correcta al campo”, subrayaron.
“Son una oferta estandarizada, es decir, con una composición de amplio espectro que no contempla las necesidades específicas ni considera las reacciones adversas capaces de generarse por la sobredosificación de ciertos elementos. Además, los niveles de stock producidos son bajos”, explicaron los responsables del planeamiento.
“Observando esta problemática se pretende desarrollar una alternativa innovadora y diferenciadora en este sentido; creando un bloque con una humedad óptima que facilite su dosificación, con una producción a escala industrial y permita, gracias a esto, el adicionamiento a la melaza y la fibra de suplementos específicos, como vitaminas, minerales, medicamentos y/o probióticos”, acotaron.
“Con el aporte recibido se tendrán las condiciones necesarias transformar el proyecto en una nueva industria, amigable con el medioambiente, generadora de fuentes de trabajo, que colabora con dos de nuestras principales cadenas de valor productivas, la ganadera y la agroindustrial; y con las perspectivas firmes de ser una empresa exportadora”, concluyeron desde la EIN.