Es­cri­be:

Damián Stupenengo

Lejos estuvieron Alem y Universitario de justificar en la cancha el lugar de líder y escolta que ambos ocupaban ayer cuando se enfrentaron en la Leonera. El empate sin goles que protagonizaron fue el reflejo de la incapacidad que tuvieron para hacer que primen sus virtudes por sobre las limitaciones.

De todas formas, en un encuentro que nadie recordará jamás, Universitario tuvo capítulos que lo dejan con el banal consuelo de haberse visto superior por haber obligado al arquero Alejandro Maggi a brotar como figura.

No es complicado resumir la actuación de Alem en el partido. En todo el primer tiempo no pateó al arco y lo más cerca que estuvo fue, tras media hora, un mano a mano de Gustavo Cerutti que su propio pie de apoyo le frustró al tocarle la pelota antes de rematar. En la segunda parte, Cerutti obligó a que Simón Melano intervenga por primera vez en el partido a los 30 para contener un débil cabezazo y siete minutos después Diego Rivera lo exigió al máximo por única vez con un tiro libre que desvió antes que se colara a la red.

Con Ledesma muy lejos del arco rival, Juárez ausente durante la primera parte y sin proyección alguna de los laterales, el juego ofensivo de Alem fue muy predecible. Los pases largos e imprecisos fueron la única herramienta que intentó utilizar para salir del laberinto que fue la mitad de cancha. Si bien en la segunda parte mostró un cambio, sobre todo de actitud, que le permitieron dominar la tenencia en pequeños lapsos, no fueron suficientes para estar medianamente cerca de modificar el cero.

 

Mejor, pero no lo suficiente

 

Universitario no fue mucho más que su rival. Pero al menos durante el primer tiempo supo cambiar para no recorrer el mismo camino de nulidad ofensiva que transitó el local.

Sin tener demasiado la pelota ni con grandes asociaciones entre sus jugadores, de todas  formas, en los primeros 45 minutos se las arregló para generar situaciones y estar concretamente cerca abrir el marcador.

Las escaladas de Diego Vicario fueron un factor fundamental para que el siempre desequilibrante Lucas Barengo pudiera encontrar aliados con quien compartir la pelota. Pero Alejandro Maggi se encargó de sostener a su equipo en tres situaciones claves: A los 3´volando para tapar una bolea de Barengo que se metía en el ángulo; otra gran estirada a los 15 con la que desvió un cabezazo de Picotti; y una gran muestra de reflejos 10 minutos después para evitar que un violento remate de Barengo de 25 metros rompiera con el aburrimiento en el estadio.

Un cabezazo de Jacobi que dio en el travezaño y alguno que otro remate desviado completaron un combo de situaciones que disimularon un desempeño tan deslucido como el de Alem.

En el segundo tiempo lo tapó la misma sombra que a los dirigidos por Ernesto Morello, y perdió las pocas luces que había mostrado. El cero a cero estaba tan cimentado que el pitazo final fue lo más esperado de todo el complemento.

 

La figura

 

Alejandro Maggi fue el motivo por el cual Alem no se fue abajo, como mínimo, por un gol al descanso. Sus intervenciones fueron clave en la primera parte, que fue cuando Universitario llegó. Barengo y Vicario sobresalieron en la ofensiva de Universitario.

 

El árbitro

 

Ricardo Olmedo tuvo una tarea difícil porque el partido se jugó mucho en la mitad de la cancha y de forma muy brusca. Sólo sacó dos amarillas, en un partido donde se jugó, por momentos, con mucha violencia en cada cruce.

 

Posiciones