La cirugía plástica se popularizó en los años 80 y por entonces la intervención más solicitada era la de nariz, técnicamente llamada rinoplastia.
Sin embargo, con el paso de los años los estereotipos de belleza cambiaron y la sociedad empezó a dar cada vez más importancia a la estética general del cuerpo, tanto en hombres como en mujeres. Esto hizo que algunas cirugías para el contorno corporal tuvieran un auge importantísimo, relegando a los procedimientos faciales a un lugar secundario, frente al liderazgo del aumento mamario y de la liposucción.
En cuanto a la tendencia en cirugía de nariz, en sus comienzos existía la idea de que toda intervención de este tipo debía apuntar a lograr una nariz respingada, chiquitita. Lo cierto es que esto era algo antinatural en muchos casos. Hoy, en cambio, se ha avanzado tanto en las técnicas que se logran resultados mucho más naturales y globales, trabajándose el rostro como un todo.
Vale decir que siempre ha habido modas en relación a qué partes del cuerpo se consideran más importantes. En los últimos 15 años todo lo que es cuerpo pasó a ser objeto de cirugías (mamas, glúteos, contornos), pero el requerimiento de cirugía de nariz ha tenido un resurgimiento en los últimos años.
El resurgimiento de la cirugía de nariz
Como dijimos anteriormente, hace 15 o 20 años la cirugía de nariz era la más frecuente y por detrás venían las cirugías de mamas y lipoaspiraciones. Luego disminuyó mucho la cantidad de consultas, posiblemente por esta artificialidad en los resultados de los que dábamos cuenta. Pero en los últimos cuatro o cinco años se está viendo un notable aumento general de solicitud de cirugía de nariz, con una fuerte incidencia de pacientes del sexo masculino, quienes antes ni siquiera consideraban pasar por un quirófano para corregir una parte de su cuerpo tan visible.
La decisión de someterse a esta cirugía es muy importante porque se trata de la cara y lo que se busca es que ésta quede natural. Por eso creo que el resurgimiento se debe en gran parte a que los médicos que están formados para cirugía de nariz han cambiado el abordaje de la misma y se están logrando resultados mejores, más naturales.
Además, es una cirugía que no es simple pero sí rápida, con buenas recuperaciones. Prácticamente no hay dolor y el posoperatorio es muy bueno, ya que no le quita al paciente mucho tiempo de tu actividad laboral posterior (de 48 a 72 horas).
De la mano de los hombres
Llama la atención, al menos en la experiencia de nuestro consultorio, que este renacimiento de la rinoplastia ha venido muy de la mano del sexo masculino. Según nuestras estadísticas internas, prácticamente el 50% de nuestros pacientes de rinoplastia son hombres, algo absolutamente impensado una década atrás.
El rango de edad de los pacientes, en tanto, indica que hay un “boom” entre los adolescentes y jóvenes de 17 a 20 años, en este caso principalmente mujeres. Entendemos que esto se debe a los estigmas sociales, las cargadas de los amigos. Hay otro rango que va de los 25 a los 45 años, en su mayoría hombres.
Qué buscan ellos y ellas
Al someterse a una rinoplastia, el hombre hace mucho más hincapié en la naturalidad. En otras palabras, quiere una nariz natural, masculina. La naturalidad hoy es el requisito número uno para el paciente varón
Incluso considero que como cirujano se debe ser mucho más cauteloso con un paciente hombre que con una mujer, porque la mujer puede tolerar una nariz mas respingada, pero el hombre no.
Generalmente la mayor consulta de los hombres es por perfiles con giba, esos perfiles comúnmente llamados “aguileños”. La mujer, en cambio, observa la nariz más en general y hace énfasis en trabajar sobre la punta y el ancho. En otras palabras, el hombre busca solucionar la estética de su perfil mientras que la mujer generalmente busca achicar o afinar las puntas y reducir las alas.
Otra diferencia entre ambos sexos es que, en general, el hombre llega a la consulta por referencia de otros hombres. Y todavía tiene muy en cuenta el “qué dirán” o una cierta vergüenza por el posoperatorio con el yeso. En la mujer, en cambio, hasta puede ser glamoroso mostrarse durante 15 días con un yeso en la nariz.
La importancia del diagnóstico
Volviendo a las causas de este reposicionamiento de la cirugía de nariz, debemos destacar que en los últimos años ha cambiado mucho el enfoque que se da a esta cirugía. Hoy se hace mucho hincapié en el diagnóstico, que es importantísimo, porque permite trabajar la zona de manera integral y predecir resultados concretos.
Actualmente también se individualiza el plan quirúrgico de cada caso. En otras palabras, ya no se hace una cirugía estereotipada; incluso no siempre hay que achicar narices, sino que a veces hay que “agrandar”, algo impensado años atrás. Se dejan de lado las narices en serie y lo que se busca es tener la mejor nariz para cada caso.
Por otra parte, el concepto que mucha gente tiene de la cirugía de nariz es el de la “limadita”, pero es algo mucho más complejo. Siempre comparo la nariz con una carpa: su forma es el resultado de una estructura (parantes) y la piel exterior (lona) se va a adaptar indefectiblemente a lo que hay abajo. Toda esa estructura está relacionada y si se modifica algo de la misma, indefectiblemente alteraremos toda la zona, para bien o para mal. Por eso una rinoplastia no es sólo limar hueso, sino trabajar integralmente sobre esta estructura, en busca del resultado más armónico para el rostro.
Como cirujano, hay toda una serie de cuestiones técnicas que respetar. Con esto nos referimos a que un cirujano serio no se fijará sólo en buscar un resultado estético descuidando o poniendo en riesgo la capacidad de respiración y otros factores importantes que tienen que ver más con funcionamiento que con la estética.
Consejos
Como profesional, considero que mostrar a un paciente imágenes de un “después” realizadas con programas como el Photoshop es engañoso, a veces irreal. Y hasta a veces es contraproducente, porque cuando a la nariz le modificás la estructura, se producirá un cambio dinámico; es decir, la piel se va a acomodar de determinada manera. Esto es imposible de mostrar a través de una imagen retocada mediante un sistema informático. Hay que tener mucho cuidado con ese tipo de muestras y más bien dedicar ese tiempo a explicarle al paciente el procedimiento.
También creo que es importante ir a un cirujano con experiencia en cirugía en nariz. Es una cirugía de rápida recuperación, pero puede ser un desastre en manos inexpertas. Y generalmente la mejor oportunidad es la primera, porque después entrás en un terreno ya tocado, modificado anatómicamente, con cicatrices internas y una serie de cuestiones que te condicionan el aspecto técnico y el resultado.
Dr. Roberto Martínez
Rinaldi, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva