Sin que prosperara un pedido de la Defensa para que la audiencia fuera pública, comenzó ayer en la Cámara del Crimen de Villa María el juicio oral a un trabajador municipal que está acusado de haber abusado sexualmente de tres menores, integrantes de su entorno familiar.
Gabriel Horacio Franco, de 39 años, comparece imputado como presunto autor de “corrupción de menores agravada y continuada”, “abuso sexual gravemente ultrajante”, “abuso sexual con acceso carnal” y “tentativa de abuso sexual con acceso carnal”, por hechos que se habrían producido en diferentes domicilios de esta ciudad por espacio de 13 años, cuando las supuestas víctimas tenían entre 5 y 18 años de edad.
Según pudo saberse, a poco de comenzada la audiencia y tras la lectura de la pieza acusatoria, el juez René Gandarillas rechazó un pedido del abogado Eduardo Luis Rodríguez, quien había solicitado que el debate se hiciera a puertas abiertas, es decir, con la presencia de público y periodistas en la sala.
Posteriormente declararon dos de las tres jóvenes que denunciaron a Franco como el autor de los abusos que sufrieron cuando eran niñas y adolescentes y, finalmente, compareció la madre de las dos chicas, que en la actualidad tienen alrededor de 20 años.
Cabe señalar que el supuesto abusador está detenido desde diciembre de 2011, poco después de que las presuntas víctimas radicaran la denuncia ante la Justicia por hechos que, según la instrucción de la causa, se habrían producido en fechas no precisadas, pero ubicadas entre 1996 y 2009.
Grave acusación
En la requisitoria de elevación a juicio, el fiscal Félix Martínez sostuvo que las víctimas fueron abusadas “en un número indeterminado de veces” mediante manoseos y tocamientos en sus partes íntimas, “valiéndose de la relación de convivencia con las denunciantes, cuando todavía eran menores de edad”.
Siempre según la acusación del instructor judicial de la causa, los hechos atribuidos a Franco se habrían producido bajo amenazas de que “si no lo hacían, las iba a matar a ellas y a su madre”, o que “no las iba a dejar salir ni ir al colegio”.
Al declarar en la sala, las dos jóvenes (cada una a su turno) ratificaron todo lo que habían expresado cuando formularon la grave denuncia, que posteriormente ratificaron en sede judicial.
Por su parte, la madre de las hermanas refutó a sus hijas, diciendo que ambas habían mentido y salió en defensa de su pareja, con quien sigue manteniendo una relación sentimental.
La privacidad de la audiencia impidió conocer detalles de lo que declararon unas y otra, aunque igualmente trascendieron aspectos generales de sus testimonios.
También pudo saberse que el juez Gandarillas hizo lugar a un pedido de nulidad formulado por la Defensa de Franco, respecto de una testimonial prestada por la madre de las presuntas víctimas y mujer del acusado, porque la misma no se receptó bajo una serie de requisitos exigidos por la legislación procesal vigente.
Para hoy está previsto que declaren cinco nuevos testigos, entre ellos la tercera denunciante de la causa (una joven mujer que es tía de las jóvenes y hermana de la madre de éstas), pero al igual que en la audiencia de la víspera comparecerán a puertas cerradas, en la sala ubicada en el quinto piso de Tribunales.
Se estima que este intrincado proceso penal demandará varias jornadas, ya que son muchos los testigos citados por las dos partes y se estima que estaría concluyendo a fines de la semana próxima.
Además de Gandarillas y de Rodríguez, intervienen en el debate el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y el letrado Rodrigo Hayas (es codefensor de Franco), mientras que la secretaria actuante es Gabriela Sanz.
Gabriel Franco nació en Villa María el 19 de diciembre de 1973 y registra último domicilio en San Juan 2483, en barrio Nicolás Avellaneda de esta ciudad. Al momento de ser detenido, estaba trabajando para la Municipalidad en calidad de contratado, aunque también se ganaba la vida como albañil.