Sancho gobernador

Si algo se ha de aprender de estos traidores que el miércoles 30 de julio aprobaron una ley antipopular, es su coherencia de clase, su constancia en el saqueo, su fervor y convencimiento en atrasar el reloj. Para ellos la película no es el futuro, es volver al pasado cumpliendo ese programa con sus prótesis de yeso. Programa que le enseñara durante el Menemato su principal mentor por no ir mas lejos en la historia que de estos ejemplos tenemos muchos. Digo aprender el fervor, el entusiasmo, la coherencia para, como decía uno que ya no tiene manos, hacer sonar el escarmiento. Porque, queridos compañeros, éstos no son más que hombres defendidos por esbirros, que no son más que hombres. Cuando la tortuga intenta cruzar el río siente que el escorpión la llama y le pide transporte. La vieja tortuga asume esa posibilidad con alguna desconfianza pero cree en el discurso del escorpión y asume que aquel aguijón venenoso no será utilizado contra lo que transporta las dos vidas. Sin embargo, en la mitad del río, la fábula comienza su pedagógica fama. La naturaleza del escorpión es matar. Picar y matar. Y allí están las formas de matar, las crueles directas por acción violenta y las otras, las preferidas por los diputados de la isla Schiaretti. Por lo menos, los diputados de la mayoría que en la isla Schiaretti hacen gala de su anacronismo y defienden a la sociedad rural pero castigan sin dudarlo a los jubilados presentes y todos los que vendrán con una ley propia de patrones de estancia. Ley de emergencia previsional que es, ni más ni menos, que una aberración, un engendro jurídico que avanza contra derechos adquiridos quebrando la paz social en Córdoba. Paz social que el émulo delasotista proclamó como un deber del Gobierno nacional cuando la cruzada de los terroristas rurales desabastecía a la comunidad y tiraba los alimentos al barro, despreciando la vida. Derrotaba una norma que permitía retener ganancias siderales para parar la sojización y redistribuir entre los que menos tienen una renta que le pertenece al pueblo. ¿Dónde están ahora esos muchachos que sembraban los costados de la ruta con jugosos corderos, mientras mi hija o la hija de cualquier Pérez no tenía leche porque ellos la tiraban en la banquina? ¿Dónde están ahora que la otra parte del pueblo necesita la solidaridad del movilizado y combativo sector rural? ¿Dónde están ahora con sus piquetes multimediáticos? ¿Sus tanques electrónicos? ¿Sus dientes? Y toda esa hermandad gaucha que proclamaban. ¿Y ese telúrico temblor que fingían era por el bien de todos? ¿Y dónde fue a parar el Sancho gobernador que aplicó como un pin lujoso, una ramita de soja, a la solapa oficial? ¿Dónde está la paz social que el Sancho gobernador le pedía a la Nación? ¿Dónde la comprensión por no retener las justas ganancias de los trabajadores? ¿Dónde están las lágrimas del gobernador cuando la sentencia al represor en los tribunales cordobeses? ¿Y los tractores que cubrieron el centro? ¿Y la Iglesia que se trepó a esos tractores? ¿Y aquel muchacho de sombrero cowboy, que entró al Palacio Municipal a reclamar por el campo y con cuyo sombrero podríamos tranquilamente pagar el alquiler de un mes? ¿Dónde están? ¿Y el radicalismo con todos su enanos? Están montando en la tortuga que una vez intentó cruzar el río con el escorpión montado en el lomo. El agua de la historia transcurre en varios sentidos; es una red y volvemos a cometer el mismo error: montamos al escorpión en el lomo de la tortuga y esperamos ver pasar nuestro propio cadáver. Vocación de suicidas. Por eso, compañeros, cuando vean a la derecha hacer un guiño de ojo no crean que es amistad, se están preparando para apuntar mejor.

Marcelo Dughetti
escritor y docente


Sin comer... cio ni justicia

La Ronda de Doha comenzó en 2001. Reciben tal nombre las prolongadas negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para liberalizar el comercio mundial en beneficio de los países empobrecidos, según lo que se dijo al iniciarla. Un comercio más justo y libre que podría generar unos 100 mil millones de dólares anuales, según la OMC. En la última fase, 35 países han discutido durante nueve días para acordar los recortes de subsidios agrícolas aceptables por parte de los países ricos y los aranceles a la importación admisibles. Tras siete años de negociaciones, el resultado es un fracaso. Los principales motivos de desacuerdo han sido cuánto deben recortar sus subsidios agrícolas Estados Unidos y la Unión Europea (UE)...
Estados Unidos dijo estar dispuesto a recortar sus subsidios agrícolas para lograr un acuerdo sobre comercio mundial, pero China, India y Brasil (las llamadas potencias emergentes) debían abrir sus mercados a productos industriales y agrícolas de los países ricos, prácticamente sin límite. Que las propuestas de reducir subsidios agrícolas no eran serias lo demuestra la reciente aprobación en Estados Unidos de una ley que regula las ayudas agrícolas. Esa ley impide la reducción de subsidios en aras de un comercio internacional justo. Aunque los agricultores de Estados Unidos se benefician de elevados precios y tienen ingresos agrícolas considerables (una media de casi 90 mil dólares anuales por granja), el Congreso estadounidense ha aumentado los subsidios agrícolas y ha permitido volver a subvencionar el algodón, subsidio ilegal según la OMC.
Por su parte, Europa insistió en exenciones para su azúcar, carne y leche, al tiempo que negaba de hecho a los países pobres que el comercio internacional pudiera ser medio de lucha contra la pobreza. La UE también pedía concesiones en sus exportaciones a mercados no agrícolas, concesiones que hubieran supuesto consecuencias negativas para los sectores industriales de los países en desarrollo y, por tanto, para sus ciudadanos.
Tras conocerse el fracaso de la Ronda de Doha, Intermón Oxfam indicó que “sería escandaloso sugerir que los países pobres son de alguna manera culpables de que haya sido imposible llegar a un acuerdo. Si la UE y los EE.UU. hubieran presentado propuestas a la altura de sus promesas, habría habido acuerdo. Pero han exigido concesiones muy duras de los países en desarrollo por unas reformas bastante ilusorias (...). El presidente de Bolivia, Evo Morales, se preguntaba en un escrito reciente si en el centro de las negociaciones de la Ronda de Doha estaban el desarrollo económico, el alivio de la pobreza, las necesidades de los pueblos y el aumento de oportunidades para los países empobrecidos para lograr un acuerdo de comercio internacional justo.
Por supuesto que no. Una vez más, los países ricos han mostrado su bajeza moral. O cambia la conciencia de los países ricos o nunca habrá comercio internacional con justicia. Ni justicia.

Javier Caño Tamayo
Periodista y escritor
(Colaboración Solidaria)