"Directamente, esta semana no tuvimos trigo", comenzó diciendo Walter Torres (foto), propietario de un molino harinero de esta ciudad.
Señaló que está preocupado por el futuro, dado que hasta el momento "aguanta" la crítica situación, pero no sabe hasta cuándo. "Otros molineros resolvieron suspender a la gente o adelantar las vacaciones. No queremos llegar a eso, pero hace dos meses que estamos trabajando a un 40% de lo habitual, lo que representa unos 10 a 15 días al mes. El resto del tiempo tenemos las máquinas apagadas, porque no hay qué procesar", afirmó.
"La única solución es que aparezca el trigo y, hoy por hoy, no hay en el país. Nosotros estamos comunicados con el resto de los molinos a través de la Cámara Argentina de la Industria Molinera y la mayoría tiene el mismo problema", dijo Torres a EL DIARIO.
"Hasta que no venga la cosecha -noviembre y diciembre- no va a haber en el país. No sé si la Secretaría de Comercio Interior estará autorizando a algunas empresas de Buenos Aires a importar trigo, pero nosotros no podemos", señaló.
"Las maquinarias de los molinos no se pueden encender para tenerlas en funcionamiento ocho horas y después apagarlas. Tienen un sistema de funcionamiento continuo, para que trabajen sincronizadamente. Por eso, no se puede empezar si no hay una cantidad mínima para trabajar algunos días", señaló.
"Sin trigo no hay futuro", dijo, preocupado. Y la preocupación tiene asidero porque la superficie sembrada con el cereal, que es la que esperan en la próxima cosecha, es una de las más bajas de la historia.
Valores
"Como esta semana no conseguimos trigo, no tenemos precio. Pero le cuento que el último cereal que procesamos lo compramos en Rosario la semana pasada a 3.500 pesos, más IVA y flete", informó.
Con esos valores, a la bolsa de harina están comercializándola a 320 pesos aproximadamente.
Este precio nos conecta con otro de los actores de la cadena del trigo como son los panaderos, quienes están analizando la posibilidad de incrementar el precio del pan.
"Si no subimos dos o tres pesos el kilo, la ciudad se va a quedar sin panaderos", expresó Dante Botta, expresidente de la Cámara que los nuclea.
Informó que hace 20 días, estaban abonando la bolsa de harina a 215 pesos y ahora llegó a 320 pesos. "Señalan que la semana próxima sólo se conseguirá a 350 pesos", dijo.
También manifestó su preocupación "porque a nosotros no nos gusta aumentar el precio del pan, dado que después es complicado venderlo. Pero los costos subieron de esta forma tan rápida y es imposible absorberlos".
Dado que la Cámara local quedó acéfala (ver recuadro), muchos industriales del sector están manteniendo comunicación con el organismo provincial que los nuclea, a los efectos de saber si van a incrementar o no el precio del pan.
La Cámara de Panaderos, sin presidente
Hace tres meses renunció como presidente de la Cámara de Panaderos de Villa María Dante Botta y, hasta el momento, no se hizo la reunión para elegir a un representante del sector, por lo que la comisión está acéfala.
"Me fui porque estoy muy cansado de toda esta situación. Fui presidente tres años y medio, pero ahora es imposible seguir", dijo.
Uno de los temas que más lo hizo tomar la determinación fue la gran informalidad que hay en el sector. "No sabés cómo hace alguna gente para vender el pan barato, porque uno sabe los precios de los insumos y no pueden comercializarlo por debajo del costo. Acá no hay magia", señaló.
"Después te enterás que lo producen en garajes, con una luz más barata porque no se inscriben ni como comercio, con personal no registrado. Y bueno, no se puede correr con tantas desventajas", afirmó.
Entiende que del 25% al 30% del pan que se comercializa en la ciudad es producido en esas condiciones y, por eso, es muy difícil tomar decisiones conjuntas con los panaderos del circuito formal representados en la Cámara.