Escribe: Pbro. Amado Aguirre (*)

El matrimonio de José y María no fue “perfecto” según el Derecho canónico, porque no hubo cópula matrimonial. Ergo, podría ser anulado con facultad de nuevo matrimonio. Divorcio absoluto canónico. Ergo no se puede afirmar simplemente que el matrimonio canónico sea de por sí indisoluble. Menos aún afirmar por el sacerdote “asistente”, que Dios los une “hasta que la muerte los separe”.
Mi interpretación de este caso: José “el varón justo”, supo que no podía ni debía “hacerse una sola carne” con María convertida en Madre del Mesías esperado por obra directa de Dios. Queda inhibido psico-fisiológicamente por la vivencia del misterio divino.
“Singularidad” eclesiástica Benedicto XVI libera al obispo Fernando Lugo del Paraguay, de todas sus obligaciones y votos religiosos para poder constituirse en el presidente de la República. Concretamente, lo habilita para casarse canónicamente como cualquier laico, ya que está reducido “graciosamente” al laicado pleno. Por primera vez, un Papa permite el matrimonio religioso a un obispo… Prevaleció al caso la “diplomacia política de El Vaticano”...
El río para ser él mismo… debe dejar de ser él mismo “yo soy la fuente de agua viva” que fluye para la eternidad…” Llegará el día en que no se irá ni a Jerusalén, ni a Samaria, ni a ROMA para adorar a Dios… porque Dios es Espíritu y Verdad… y quiere que los adoradores lo adoren en Espíritu y en Verdad… Dios no “está”... Dios “es”.
El Hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y Dios es UNO y TRINO. Primero la Iglesia propugnó y estableció la UNIDAD, fundamento del personalismo y liberalismo; después, irrumpió el “socialismo” en sus diversos proyectos y realizaciones económicas y políticas. La armonía de ambas doctrinas formarán siempre el anhelo de unificación del género humano creado a imagen de la unidad y trinidad divinas. Tanto el liberalismo como el socialismo tienen su origen en Dios, Uno y TRINO.
Fray Martín Lutero con su “libre examen” rompió el monopolio católico romano… Fundó la libertad personal como un atributo esencial para interpretar la Biblia y para la realización sociopolítica de todo hombre. Así, sin proponérselo, unificó en Cristo a todos los creyentes cristianos, ya que los llamados “católicos” también pueden y deben gozar del “libre examen” y por lo tanto pueden interpretar que Jesús le dio a Pedro la autoridad máxima en la Iglesia… Algún día, sin exclusivismos dogmáticos, se unirán en Cristo todos los cristianos con diferentes cultos según las tradiciones culturales. El Ecumenismo es un mandato evangélico. ¿Lo entenderá algún día El Vaticano?
¿Qué madre aplicaría pena de muerte a su hijo menor de edad? ¿Ninguna? Sí, una, solamente: la Santa Madre Iglesia Católica Romana. En el actual Catecismo de 1993, afirma la Madre Iglesia que todos los niños que hayan sido instruidos para la Primera Comunión, si “faltan a misa algún domingo o si se han masturbado voluntariamente”, y mueren sin confesarse se van al infierno eterno… a la muerte eterna… Y lo siguen afirmando las sumisas catequistas de todo el mundo… Esta doctrina está firmada por el actual Pontífice Benedicto XVI.
Para regresar a El Vaticano II se deben primero suprimir los dos Principales Documentos posteriores: el Código de Derecho canónico y el Catecismo católico. Ambos son penalistas y rompen la letra y el espíritu de El Vaticano II.
Es mi humilde y auténtica opinión, que no pretende la nota de infalibilidad.

(*) Sacerdote, doctor en Leyes y licenciado en Letras