Todavía resuenan en la capital provincial los ecos del contrapunto que mantuvieron el joven empresario villamariense César Berardo, titular de La Marchesina, y el periodista Walter Giannoni, de Política y Negocios de La Voz del Interior. El jugoso intercambio ocupó casi toda una página bajo la forma de reportaje en el suplemento económico del diario del Grupo Clarín, bajo el título de “Su modelo le funciona”.
Durante la semana que concluye, uno de los más poderosos hombres de negocios de “la Docta”, un auténtico “Dinosaurio”, le comentaba a su amigo periodista villamariense si no lo había leído. Claro que lo había leído. Ambos coincidían en el valor agregado que supone que haya sido publicado, aún cuando Berardo justificó punto por punto su adhesión al modelo económico vigente y se permitió criticar la actitud del “patrón” de Giannoni.
Vale la pena repasar algunos pasajes del diálogo:
–¿Cuántos empleados tiene?
–Ochenta.
–¿Camiones?
–Veinticinco mixer, 10 ó 12 equipos de chasis acoplado, cuatro tolvas de cemento, 10 ó 12 palas…
–¿Entonces?
–Yo a la Argentina la veo bien, muy bien. Hay sectores de la economía que por ahí no están tan bien, pero no veo un dólar a 10 pesos.
–¡Pero si está a 9,50!
–Ese es un dólar que no existe. Compré máquinas en China por 300 mil dólares y la pagué con dólar a 5,87. Renegué con las declaraciones juradas, tuve que ir a Buenos Aires, no conocía a nadie y tuve que poner la cara, pero las compré a ese cambio.
–¿Pero a usted le parece natural pedir autorización para importar un bien?
–No me parece natural pero, si no se trabajara de esa manera, Argentina habría explotado como en 1989 o en 2001. Si uno produce dinero y riqueza en su país y lo convierte en dólares, le está haciendo un daño terrible al país y a su pueblo. Y eso, precisamente, han hecho muchísimos empresarios.
–Dele a la gente un peso estable y no tendrá necesidad de ahorrar en dólares.
–Pero a la moneda estable la tenemos que hacer entre todos. No es tarea de un Gobierno. Si su patrón genera un lobby de la inflación, con el poder de convencimiento que tiene sobre la gente, va a generar más inflación.
–Personalmente no creo en ese “poder de convencimiento” que usted dice, hoy las redes sociales son más poderosas que los medios masivos tradicionales... ¿Cómo está la construcción?
–La construcción es muy amplia, entonces, siempre va a haber un sector de la economía que construye y que usa hormigón. En 2001, el campo estaba para arriba y los productores modernizaron un montón de cosas y con lo que les sobró compraron departamentos en las ciudades. ¿Me sigue?
–Sí, claro.
–En 2005 y 2006 fue el boom de la obra pública. Asfalto y cordón cuneta en los pueblos. Y ahora, yo veo que con el poder adquisitivo de la gente, que ha mejorado muchísimo, tengo muchas obras chicas de ese tipo. Siempre en la construcción hay un sector que tracciona.
–En la calle no se dice eso.
–Hoy mi proveedor de cemento me dijo que hasta agosto se vendió la misma cantidad de cemento que en 2011, el año cuando más cemento vendió en su historia. Por eso, nos han puesto cupos de entrega...