El Hospital Pasteur: un orgullo
Como todos los años vengo en el verano a Villa María. Sólo que este año sucedió algo diferente: tuve una contractura lumbar. Noté que el dolor no cedía y acudí un lunes a la noche a la guardia del Hospital Pasteur, me atendió la doctora y me dijo que sólo podían paliar la molestia y que fuera a consultar al médico al día siguiente. La enfermera me puso un inyectable que ni sentí cuando, ni cómo lo hizo, y al día siguiente, a las 8 de la mañana fui a la Mesa de Entradas explicando lo que me pasaba.
Inmediatamente me dieron un número para la consulta con el traumatólogo, quien me atendió, me dio la medicación indicada y solicitó rayos. En el servicio me hicieron la radiografía. Ya era el mediodía. Volví a la Mesa de Entradas y pedí consulta con un médico generalista, me la dieron para la tarde. Fui, en el horario indicado, y solucioné todo mi problema. Todo en un día.
Este es el motivo de esta carta. Mi querido Hospital Pasteur. El mismo que una tarde de setiembre me vio nacer y luego vio nacer mi vocación por la Salud Pública cuando me formaba como asistente social.
Pasaron muchos años desde esos días en Villa María. La vida y mi vocación me llevaron lejos de aquí: al Ministerio de Salud Pública de Salta. Posteriormente como consultora de Recursos Humanos de OPS/OMS, consultora del BID, del Banco Mundial y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo...
Y ahora otra vez aquí, como una paciente más que recorre sus servicios. Fue muy emotivo para mí ver que mi "viejo" y querido Hospital mantiene su vocación de servicio.
Es verdad, a veces no salen las cosas como una deseaba, y esos errores y falencias salen en el diario. Pero la mayoría de las veces, diría en un 80 ó 90% los problemas de salud se resuelven satisfactoriamente... y ésos no salen en el diario.
A mí me tocó ser parte de este 80 ó 90% que silenciosamente, cotidianamente, atiende y resuelve el equipo de salud, todos: administrativos, médicos, enfermeras, técnicos y demás profesionales. Y que no queden dudas: no es el bello edificio, ni las cortinas, ni la aparatología, ni la tecnología la que atiende y resuelve los problemas de salud de la comunidad: es el recurso humano. Es el equipo de salud quien lo hace.
Por eso me permito decir a mi querido Hospital Pasteur: ¡Salud!
Por todo el recurso humano que formaste desde tus inicios, estamos orgullosos de ti...
Porque mantienes intacta esa vocación de servicio en tu viejo corazón, hoy como siempre... orgullo de Villa María y la región.
Y al equipo de salud de mi querido Hospital, ¡muchas gracias!, ¡adelante!

Lic. Marina P. Rosales
DNI 12367777


Lo que hay que saber del Hospital

Mucha gente de esta ciudad ignora la calidad y calidez que nos brinda el Hospital Regional Pasteur.
La semana anterior nosotros pudimos comprobarlo cuando nuestra hija necesitó del servicio de este importante nosocomio.
Precisamente a ella la tuvieron que intervenir quirúrgicamente, lo que resultó un éxito, debiendo luego quedar internada por seis días.
Durante este tiempo, la gente del Hospital no escatimó en brindarnos su atención profesional y sobre todo humana. Cada uno de ellos los hicieron en forma afectiva y desinteresada.
Es nuestro deseo que toda la ciudad y región lo sepa y valore.

Familia Zabaleta