Escribe: Ariel Valdemarín
Su legado sigue intacto. Me enseñó a trabajar, a comunicar lo que hacíamos, a hacer todos los días algo por el atletismo. Con él entendí que por arriba de todos está el deporte. El objetivo no es ser campeón y sino en mejorar. El atletismo es un deporte integrador, participan mujeres y varones, desde el más gordito, hasta el flaco. Guillermo nunca me comentó si tenía un problema, siempre llegaba a entrenar con nuevas ideas, con buen ánimo y predisposición. El llegaba al Polideportivo y saludaba “Buenas tardes a todos, menos uno”. Todos se miraban y pensando a quien no saludaba. Bueno, ese “menos uno” era él mismo. Así era siempre.
(*) Presidente AVA