El sindicado jefe de la organización narco desbaratada el jueves en la provincia de Córdoba es el hijo de Leopoldo Leónides Andrada, un hombre que en 2003 estuvo 66 días secuestrado por una banda que durante el cautiverio le cortó uno de sus dedos y cobró un rescate de 135 mil dólares.
Claudio “Gallo” Andrada, el presunto líder de la banda a la que se le secuestraron 587 kilos de cocaína, ya había estado detenido en una causa por narcotráfico en 1996, según informó ayer el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
Pero el propio “Gallo” Andrada fue quien en 2004 pagó un rescate de 135 mil dólares por su padre, en un recordado caso durante la ola de secuestros que se investigó como un “narcosecuestro” cometido por la banda de Sergio Orlando Leiva Pérez, más conocido como “el Negro Sombra”.
Según la elevación a juicio de esa causa, Leopoldo Andrada fue secuestrado el 4 de septiembre de 2003 en su casa de la calle Junín 1377, en la localidad de Boulogne, partido bonaerense de San Isidro, por un grupo de seis personas que llegaron en tres autos y con uno de ellos derribaron el portón de entrada de la vivienda.
Según los testigos, varios hombres armados con pistolas y armas largas y hasta vestidos como policías de brigada y con chalecos antibalas, capturaron a Andrada al grito de “Policía, Policía” e incluso alejaron a los vecinos con la insólita frase “métase adentro, somos del FBI”.
La banda se comunicó de inmediato con la familia (incluso el primer llamado fue a Santiago del Estero, donde ayer fue detenido su hijo) y pidió un rescate de 800 mil dólares.
Los captores comenzaron a negociar directamente con Claudio Andrada a quien, además del dinero, le pidieron como parte del rescate un cargamento de armas que ellos tenían la información de que habían recibido.
El secuestro de Andrada fue investigado por la por entonces fiscal federal de San Isidro, Rita Molina, y la Delegación Departamental de Investigaciones de ese distrito.
Cansados de que las negociaciones se prolongaran y como un método de presión para que se efectivice el pago del rescate, los delincuentes le cortaron a la víctima la primera y la segunda falange del dedo meñique de la mano izquierda y lo dejaron dentro de un frasco de vidrio detrás de un supermercado.
Durante el cautiverio, los secuestradores enviaron en microcasetes grabaciones de Andrada como pruebas de vida y en una de ellas el secuestrado le suplicaba a su hijo: “Me cortaron un dedo, mandá la plata porque me quieren cortar los demás”.
Finalmente, el propio Claudio Andrada, junto a su madre, efectivizaron el pago de los 135 mil dólares de rescate después de un largo sistema de postas y viajes en tren, en el kilómetro 101 de la ruta 7, en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles.
Leopoldo Andrada fue liberado la madrugada del 9 de noviembre de 2003, cuando arribó en un remise a su domicilio.
La Justicia y la Policía le atribuyó este hecho a la banda del mítico “Negro Sombra” Leiva, quien luego fue condenado por varios secuestros extorsivos, entre ellos el de Mirta Fernández -a quien también le amputaron un dedo- y el de Ernesto Rodríguez, padre del empresario Jorge “Corcho” Rodríguez.
La gavilla también fue investigada como responsable del secuestro extorsivo de Pablo Belluscio, el estudiante de Biología y jugador de jockey a quien también le cortaron un dedo durante el cautiverio, pero finalmente resultó absuelta por falta de pruebas.