“Maldita droga”, dijo en uno de sus alegatos el fiscal de Cámara Francisco Márquez. La frase reflejaba la impotencia al ver que en el banquillo de los acusados se sientan a diario jóvenes que cometieron delitos impulsados por las adicciones a las drogas.
La preocupación por la problemática que atraviesa de distintas maneras a todas las clases sociales y que se refleja en la Justicia, en las escuelas y en todos los ámbitos cotidianos, motivó que desde el Círculo Sindical de la Prensa (Cispren) se convocara al periodista rosarino Carlos Del Frade, quien tiene una investigación titulada “Narcomafias, Historia política del narcotráfico en Santa Fe. De Galtieri a Tognoli”.
La semana pasada estuvo en Córdoba y el 12 de noviembre disertará en Villa María.
Su hipótesis es que el narcotráfico en el país no surgió porque “alguien que estaba mal porque se separaron los padres decidió empezar a vender”, sino que tiene una historia política que se remonta a los años de la dictadura, con correlatos de complicidad de los partidos políticos y las policías de la democracia y como víctimas, a los pibes “consumidores consumidos”.
Habla de la primera ruta del narcotráfico en Argentina como consecuencia de la disputa interna entre Leopoldo Galtieri y Luciano Benjamín Menéndez, para ocupar el lugar de Jorge Rafael Videla. En ese marco, el gobierno de la dictadura le da asilo político a dos coroneles bolivianos que fueron los que impulsaron el “narcogolpe” en ese país y a cambio habilitaron el ingreso de cocaína. “Les pagaban servicios a los torturadores con cocaína”, puntualizó Del Frade y así ganó Galtieri esa interna.
Ya en democracia, citó que en los años 90 “Menem lo hizo, democratizó el consumo”. Y situado en Córdoba, donde se ventila una investigación por la complicidad de la policía en la mafia de las drogas, señaló que ese hecho también tiene su historia.
Un día antes del cierre de campaña de Eduardo César Angeloz, el 6 de septiembre de 1991, fue asesinado el ingeniero Regino Maders, ejecutado por un expolicía del Departamento de Informaciones (D2). “Maders iba a presentar un informe el 9 de septiembre para dar cuenta de que la droga ingresaba a Córdoba en avionetas por la zona de Los Gigantes y Tanti y luego era distribuida en camionetas de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). Esto que digo está en la Justicia”, dijo.
“Cuando nos tocó declarar, al lado nuestro estaba el pagador: Luis Medina Allende. Estaba todo demostrado: los medios lo sabían, los partidos lo sabían y se callaron y eso es complicidad. Veintidós años después hay narcotráfico. ¡Caraduras! Miraron para otro lado, igual que en Santa Fe”, expresó.
También aludió a los números que dan cuenta del crecimiento de la droga incautada que años atrás era de 200 gramos y que trepó a 400 mil.
“¿Qué actividad económica crece de ese modo? Ninguna, y eso implica dinero para pagar complicidades. El narcotráfico es el capitalismo en este momento”, sostuvo. Y dudó de que el flagelo sea enfrentado por los partidos políticos del poder. “Lo tenemos que hacer nosotros. Denunciar la hipocresía y la mentira”, afirmó. Y recordó que en Santa Fe en lo que va del año se habían cometido 200 asesinatos, en tanto que 126 en Córdoba.
Entiende que hoy el narcotráfico “es la fase superior del capitalismo” y, por eso, ganar “de a uno a cada pibe, ayudando a que encuentre un sentido a la vida, es revolucionario”.
A-dicto
“El adicto es el que se quedó sin palabras”, dice Del Frade, aludiendo a la etimología de la palabra, con el prefijo “a”, que significa “sin, carente de”, sumado al término “dicto”, que proviene de la dicción, las palabras pronunciadas. En 1975, los jóvenes manejaban un lenguaje que tenía ocho mil términos. Hoy quedaron 800. “Nos robaron las palabras y cuando un pibe no encuentra la forma de decir lo que siente, lo que sueña, termina repitiendo las palabras que te hacen decir los otros”, puntualizó.
Por eso pidió a todos los que están comprometidos a “dar sentido a la vida de los pibes, porque el que vive sin sentido, mata sin sentido”.
“Hoy, un pibe que no terminó el secundario, tiene más posibilidades de conseguir un arma que un trabajo”, agregó.
Concluyó diciendo que “el gran negocio político es que los chicos se conviertan en consumidores consumidos, porque ellos no van a hacerse revolucionarios, no va a haber una generación como la del ´70 que se enamore del socialismo, de la revolución. Ese es el gran negocio del sistema”.
Gendarmería
Finalmente, se refirió a las reacciones de la clase dirigente, ya sea el peronista José Manuel de la Sota en Córdoba, el socialista Bonfatti en Santa Fe o el kirchnerista Daniel Scioli en Buenos Aires.
“Todos ellos piden gendarmería con el verso de combatir el narcotráfico. Eso está dentro de un plan de exterminio, como fue el Plan Colombia, como hicieron los gobiernos populares de Lula (Da Silva) y Dilma (Rousseff) en Brasil y que consiste en terminar con la vida de los pibes, no con el narcotráfico”, aseveró el periodista rosarino que el 12 de noviembre estará hablando del tema en Villa María.