Finalizaron ayer los eventos previstos para octubre en Villa Nueva, por el mes aniversario de la localidad.
En casi todas las jornadas, instituciones, escuelas y municipio pusieron en marcha diversas actividades para agasajar a una ciudad que llegó a sus 187 años con una tranquilidad institucional que no había tenido en los últimos tiempos: el intendente Guillermo Cavagnero logró al promediar su segundo mandato obtener las arcas aparentemente bastante equilibradas.
Desde su asunción, en diciembre de 2007, había tenido hasta 2012 una seguidilla de paros de trabajadores municipales, por cobrar sus sueldos fuera de tiempo. Esto aquejó sobremanera su gestión, ya que mes tras mes se veía con la dura realidad de no tener el dinero necesario para sortear los haberes, más de un millón de pesos. Asiduamente necesitó de la mano del Estado nacional, del que siempre estuvo alineado y que le permitió realizar diversas obras, aunque muchas con singular atraso.
La salida a la crisis fue a través de acordar con la Fundación de la Universidad Nacional de Villa María la implementación del Profam por dos años. Ese programa permitió una notoria suba en la recaudación de tributos y el cobro de tributos de años anteriores, a tal punto que la comuna ya no dependió en este 2013 de la ayuda del villanovense Carlos Zannini, mano derecha de Cristina Fernández de Kirchner, para abonar sus sueldos.
Cavagnero llegó al aniversario de la ciudad que gobierna con una calma inusitada: la oposición aparece débil, no hay una figura de peso en las minorías, más allá de las advertencias del tribuno radical Ignacio Tagni, que mes a mes rechaza los pagos para el polémico Profam basado, con indiscutible validez, en las formas en que se llegó a ese acuerdo.
Sin dudas que hay mucho que cuestionar de ese programa, sobre todo por el dinero del Estado local que va a parar a una consultora privada, la de la contadora Daniela Lucarelli, aunque paradójicamente esta iniciativa es el cimiento de un evidente ordenamiento en las cuentas públicas, claro que con datos contradictorios como el que arrojó el último dictamen de los tribunos, que denunció un crecimiento en la deuda, desmentida luego por el Gobierno.
Volviendo a la oposición, el intendente consiguió hasta enmudecer a la polémica delegada de los empleados, Mónica Gramaglia, ayer una férrea opositora suya, quien hoy sostiene que el jefe comunal ha aceptado escuchar las inquietudes de sus compañeros y respondido a varias demandas.
Casi sin nubarrones -que los asolaron y mucho en su primer mandato- ahora se habla más de sus obras y aciertos que de sus deudas, omisiones o polémicas, en una localidad en la que según el último Censo, el de 2010, hay apenas un 4,7% de desocupación.
Este dato no lo tiene el Gobierno, según dijo Cavagnero a EL DIARIO ante nuestra consulta: aseguró desconocer el porcentaje. Lo reveló entonces el Observatorio Integral de la Región de la UNVM ante nuestra requisitoria. También según ese censo, el 1,80% de la población mayor a 10 años es analfabeta.
Se observa en el recorrido por la ciudad asimetrías importantes: hay barrios de vecinos con alto o altísimo poder adquisitivo, y a cuadras nomás, cordones de familias con viviendas precarias y múltiples necesidades. Pero de acuerdo a cifras oficiales suministradas por el OIR, el 93,95% de los 5.686 hogares villanovenses no presenta necesidades básicas insatisfechas (también en base al mismo censo; este indicador permite la delimitación de grupos de pobreza estructural).
Sobre cuestiones sociales hay mucho que trabajar: en las escuelas se refleja preocupación por embarazo adolescente, por la falta de cuidado de los jóvenes a la hora de mantener relaciones sexuales y por la repercusión de la droga, que cruza todos los estratos sociales como todo el país. Pese a algunas señales, no se observan en Villa Nueva acciones concretas en este aspecto.
En cuanto a servicios básicos, según la Secretaría de Gobierno, ante la consulta de este diario, casi todo el ejido urbano tiene cloacas, salvo “dos o tres manzanas” en Las Quintas. Agua potable hay en la totalidad y gas posee el 75% de la localidad. Falta en Los Olmos -en donde se inició la obra-, en Las Quintas, Villa Oeste, El Vallecito, parte del Medalla Milagrosa “y en lugares más alejados”. En el Sarmiento y Residencial América hay algunos tramos sin ese servicio.
Se pavimentaron más de 135 cuadras en este Gobierno y así el asfalto fue uno de los grandes logros del Ejecutivo, que le lavó la cara a varias zonas. Cuando asumió, había sólo 90 cuadras de pavimento, la misma cantidad que ya se hizo de cordón cuneta en estos seis años de mandato. La cantidad de arterias con pavimento hoy sería el 25% del total de calles de la Villa.
El cumpleaños la encuentra distanciada de la Provincia, de la que recibe coparticipación y fondos para la niñez y la ancianidad, y que tiene al exintendente Marcelo Frossasco como su adalid, un hombre con notable llegada a varias organizaciones a las que repartió numerosos subsidios desde que dejó el Sillón de Freytes.
Y, como se dijo, la halla en comunión con la Nación, de la que recibió fondos para pavimento, cuatro camiones para el parque automotor, dos ambulancias, dos trafic, casi dos millones de pesos para el Hospital Villa Nueva, una ciclovía, el nuevo puente que la une a Villa María, más de 300 pensiones contributivas, 2.270 asignaciones universales por hijo y las primeras 50 viviendas, a poco terminar, del prometido plan de 200. Probablemente medidas que llevaron a que cuatro de cada diez ciudadanos eligieran el domingo pasado al kirchnerismo.
Diego Bengoa