En la temporada de verano 2010-2011 el joven Emanuel De Zárate junto con su hermano decidieron instalar en la reconocida zona del "Arenero", en barrio Vista Verde de Villa María, un parador, con la idea de comercializar allí bebidas y alimentos, además de organizar diferentes actividades deportivas y recreativas, siempre pensando de generar un espacio abierto para todas las edades.
Pero los hechos delictivos se reiteraron continuamente y derivaron el pasado sábado en la destrucción total del lugar, lo que llevó a los hermanos De Zárate a tomar la decisión de abandonar el espacio y no ponerlo en funcionamiento durante el verano que se aproxima.
El propio Emanuel contó a un periodista de EL DIARIO: "Invertimos allí mucha plata y muchas horas, porque durante dos veranos completos todas las noches dormimos ahí. Estábamos obligados a hacerlo para que no nos roben todo, si no, teníamos que incursionar en el gasto de poner un sereno, algo que nos costaba mucho".
"El primer año nos confiamos y nos robaron todo; equipos de música, de sonido y mercadería que teníamos para la venta, a pesar de contar con todas las medidas de seguridad que podíamos implementar", recordó.
Lamento
Sin intenciones de polemizar, aseguró, el muchacho comentó que "desde el municipio me ponían los horarios en los que podía mantener abierto, me cobraban cinco mil pesos de alquiler mensual y no me daban nada a cambio, ni siquiera me mandaban a Seguridad Ciudadana a dar una vuelta para controlar que no dañaran el parador".
"Para cerrarme todas las noches en el horario que querían, clausurarme el lugar o hacerme multas siempre estaban ahí, pero para cuidarme el parador no estuvieron nunca y me lo rompieron en reiteradas ocasiones", se quejó.
En plena veda
Además de todos los inconvenientes atravesados durante dos años, hace pocos días sucedió un episodio que terminó de desilusionar a los jóvenes emprendedores: "Lo que más bronca dio fue algo que sucedió el último sábado por la noche. En plena veda electoral, donde se supone que no puede haber reuniones o fiestas y no puede haber consumo del alcohol, en el Arenero había aproximadamente 500 personas haciendo todo eso y la Seguridad Ciudadana nunca apareció para controlar esa situación. Ni siquiera pasó una sola vez para ver qué estaba pasando. De eso tengo testigos porque hubo gente conocida mía que estuvo allí", relató.
Y narró además: "A mi hermano le avisaron de lo que estaba sucediendo y acudió al lugar. Al llegar se encontró con que había muchas personas metidas dentro de la cabaña y arriba del techo, pero no pudo hacer nada y sólo se resignó a esperar que se la tiraran abajo, como terminó sucediendo un rato más tarde".
Desgano y después
A raíz de ese episodio, "el martes por la noche fuimos a sacar las pocas chapas que quedaban y en ese momento sí apareció Seguridad Ciudadana y sólo atinó a decirnos que era una lástima lo que había pasado y que ellos siempre pasaban a controlar", algo que no es cierto.
"Este hecho fue el que nos terminó de desganar totalmente y obviamente que no pensamos abrir nunca más el lugar. El parador, además de ser un negocio para nosotros, era un servicio que estábamos brindándole a la gente. Hace unos años el Arenero era la boca del lobo, pero nosotros fuimos a poner allí mucho dinero y muchas horas de trabajo, para encontrarnos con que hoy lo perdimos todo", señaló de manera rotunda. Y concluyó en que "ojalá que los que causaron semejante daño este verano se den cuenta de lo que hicieron, cuando vayan al Arenero y no tengan música ni un lugar para tomar una gaseosa".
Cabe señalar que si bien aseguró saber quiénes fueron los autores de semejante daño, perpetrado el pasado sábado, optó por no dar a conocer los nombres de dichas personas.