Los ambientalistas advierten que la explotación arenera sólo se debería permitir bajo estrictas normas de control que ayuden a minimizar el daño que se ocasiona al ambiente.
Marina Arosemena, bióloga y miembro del grupo Eco-Aguas, es consciente de que la actividad es inevitable, porque el material es necesario para la industria de la construcción. Pero advierte que las extracciones rompen los ecosistemas, destruyen la vegetación y causan efectos nocivos en la sociedad.
"Las personas no saben los efectos irreversibles que ocurren cuando se extrae el material de forma irresponsable", advierte y agrega que cuando eso pasa, se pierde el lecho impermeable (capa superior) que protege el área costera, las playas y el lecho de los ríos y quebradas.
En el caso de los ríos, se reduce el caudal e incluso se pueden secar. Según Arosemena, el fenómeno ocurre porque al faltar la capa de arena, el agua se filtra a las capas freáticas del subsuelo.
Cuando ocurre lo anterior, continúa la cadena de destrucción con la desaparición de la flora y fauna que dependen de las fuentes de agua.
Juan Jaén, especialista en recursos naturales, explicó que la destrucción de los ríos es una de las razones de peso que hay que considerar, antes de otorgar una concesión para explotar arena.
Jaén también es de la opinión que estos recursos se pueden utilizar, pero de forma controlada, siempre y cuando se cumpla con las normas de conservación.