Una extensa superficie de arena que, hasta hace pocos días, cubría una de las márgenes del río Ctalamochita a la altura del barrio Vista Verde fue extraída ilegalmente por desconocidos.
Para lograr su objetivo, los autores de la maniobra ilegítima utilizaron varios camiones y hasta una retroexcavadora, con los cuales prácticamente vaciaron de material árido un espacio de 300 metros de largo por 150 de ancho aproximadamente.
“Esto es una vergüenza, no puede ser que nadie se haya percatado de esta situación y menos que las autoridades municipales ni se hayan enterado de este lamentable hecho”, indicó un vecino que convocó a EL DIARIO para indicar el sitio de donde se extrajo arena.
Vale indicar que la extracción de áridos está expresamente prohibida en la zona que comprende el ejido urbano villamariense.
Tiempo atrás y con la anuencia de la DIPAS, los particulares y empresas que retiraban áridos del río Ctalamochita podían hacerlo más allá del puente Andino.
La flexibilidad en los controles y la necesidad, cada vez mayor, de material hicieron que las zonas de extracción se modificaran hasta regresar a las zonas prohibidas.
En el caso de Vista Verde, la playa que literalmente desapareció tiene carteles que indican que el sector está vedada para la extracción, sin embargo, el acopio a gran escala de arena generó este lamentable resultado.
En este punto vale hacer diferencias entre el trabajo de los “carreros” y los responsables de la cavas de gran porte.
Mientras los primeros encuentran en este añejo oficio una forma de ganarse la vida, con mínimas consecuencias para el entorno ambiental, los grandes extractores apuntan al agotamiento de toda la reserva del material existente.
Fuentes del ámbito municipal negaron cualquier tipo de vínculo con la desmesurada extracción, desmintiendo que el material pudiera haber sido utilizado para los trabajos que se realizan en las calles de la ciudad.
Por el contrario, desde la comuna local recomendaron a las personas que se acercan a las costas del río “el cuidado de los espacios naturales de la ciudad”.
Si el municipio no tuvo intervención en este asunto y si tampoco las autoridades conocen quiénes podrían haber sido los responsables de este verdadero desatino ambiental, ¿quién asegura, de ahora en más, que las extracciones no sigan sucediendo?