Por segunda vez en menos de un año, un quintero boliviano recuperó ayer la libertad, aunque continúa bajo proceso por un presunto caso de “abuso sexual” denunciado por una joven oriunda de Las Varillas.
Félix Villca Colque, de 53 años de edad, pero radicado en Villa María desde hace un cuarto de siglo, fue excarcelado luego de cinco meses gracias a una investigación paralela a la instrucción judicial que llevó adelante su abogado defensor, Luis Caronni, lo que permitió confirmar parte de la coartada que esgrime el acusado para sostener su inocencia.
Así lo confirmó a EL DIARIO el propio letrado villamariense, poco después de abandonar el edificio de Tribunales acompañado por su cliente. Minutos antes, el fiscal Gustavo Atienza fijó una fianza personal de 10 mil pesos, que fue garantizada por Caronni con su firma profesional.
La particular historia judicial que involucra al quintero en un grave episodio delictivo se inició hace casi un año, más precisamente la noche del 14 de noviembre de 2012, cuando una joven varillense de 21 años, que tiene familiares en esta ciudad, denunció haber sido sometida sexualmente por la fuerza por Villca en el interior de su camioneta, en las proximidades del predio donde está ubicado el Híper Libertad.
Como toda causa de abuso sexual, esta también tiene dos versiones: la de la víctima o presunta víctima y la del victimario o presunto victimario.
Ella dijo que fue violada. El asegura que la relación sexual fue consentida.
Lo real y concreto es que el hombre del altiplano quedó detenido esa misma noche de noviembre, acusado como supuesto autor de “abuso sexual con acceso carnal”, un delito que es reprimido con prisión de seis a 15 años.
La joven dijo que estaba esperando el ómnibus para regresar a Las Varillas, que Villca pasó en su pick up, paró, abrió la puerta y se ofreció a llevarla, a lo que ella accedió.
Siempre según los dichos de la denunciante, pasando el híper el conductor detuvo la marcha del rodado y, por la fuerza, sometió a la chica a sus bajos instintos. Después hubo una discusión, ella le pegó y logró escapar. También dijo que cuando su agresor la perseguía, se cayó al suelo, por lo que comenzó a gritar. Fue allí cuando apareció un móvil policial que la rescató y detuvo a Villca.
Distinta versión
En cambio, el ciudadano boliviano dio una versión distinta. Admitió que se ofreció a llevar a la joven, pero que luego le propuso tener sexo por dinero, a lo que la chica accedió. Que paró en la estación de servicio Petrobras de ruta 158 e Intendente Maciel, donde compraron preservativos, y luego siguieron hasta pasando el predio del híper, donde pararon en un camino aledaño para tener relaciones.
En diálogo con este matutino, Caronni indicó que tras la detención de Villca, la joven fue llevada al Hospital Pasteur, donde se le hicieron estudios clínicos y se realizó un hisopado vaginal para extraer muestras de semen.
Con la denuncia de la supuesta víctima, el testimonio del policía que intervino en su rescate y las pericias psicológicas realizadas a ella y a Villca, el fiscal Atienza dictó la prisión preventiva del quintero a mediados de diciembre.
Previo a ello, hubo un careo entre ambos. El boliviano reiteró que la relación fue consentida y que para consumarla utilizó un preservativo. Ella, en cambio, sostuvo que fue abusada por la fuerza y negó que el agresor haya usado condón.
El abogado Juan Pablo Aragno, que por entonces patrocinaba al acusado, se opuso a la preventiva y la jueza de Control, Edith Lezama de Pereyra, hizo lugar al planteo y ordenó la libertad de Villca el 27 de diciembre.
La causa siguió su curso, hasta que el 30 de mayo llegó a la Fiscalía de Atienza el estudio realizado en el Ceprocor sobre las muestras de ADN obtenidas con el hisopado vaginal. Dicha pericia confirmó que el semen pertenecía a Villca, con lo cual el fiscal ordenó nuevamente la detención del quintero.
Unos días después volvió a dictarle la prisión preventiva, a lo que Aragno se opuso por segunda vez, pero la jueza Lezama de Pereyra confirmó la medida coercitiva dictada por Atienza.
Nueva prueba
A principios de septiembre, la familia del acusado contrató a Caronni, y en la oportunidad le dijeron que cuando la Policía les devolvió la camioneta (unos días después del hecho denunciado), en el piso, del lado del acompañante, encontraron un preservativo y decidieron conservarlo en su casa.
El 19 de septiembre, Caronni envió el preservativo al Centro Integral de Genética Aplicada, ubicado en Córdoba y perteneciente al Dr. Rubén Simonetta, conjuntamente con el análisis oficial del Ceprocor.
El resultado de la nueva pericia determinó que no se podía descartar la presencia de material genético compatible con el de ambos protagonistas. Luego, el abogado le presentó esa nueva prueba al fiscal Atienza, quien incorporó a la causa, además de tomarle testimonio a una hija de Villca y a su esposo (yerno del quintero), quienes declararon dónde habían encontrado el preservativo y cómo lo guardaron. También les tomó testimonio a dos policías que intervinieron tras el hecho, pero ninguno de ellos recordaba haber visto el condón en el interior de la camioneta.
Atienza dictó un decreto señalando que incorporaba el análisis de Simonetta como nueva prueba, pero denegó la realización de una prueba confirmatoria.
Caronni se opuso a esa medida ante la jueza Lezama de Pereyra y planteó un “control jurisdiccional” para que se liberara de Villca. La magistrada hizo lugar al planteo, ordenó la libertad del quintero y dispuso que se haga la prueba confirmatoria en el Ceprocor para establecer si las muestras genéticas pertenecen al acusado y a la denunciante.