Carta abierta al intendente Accastello
Quiero expresar públicamente mi profundo desagrado por la disposición a todas luces arbitraria y carente de fundamento con que se han impartido directivas tendientes a impedir que se pueda pescar en el sector de las compuertas del Balneario Municipal.
Prima facie, por que se carece de legislación al respecto que así lo establezca. Oportunamente, personal de Seguridad Ciudadana nos hizo saber que existe una ordenanza "de alcance nacional" que prohíbe pescar sobre cualquier puente del país. Queda claro que tal argumento sólo puede esgrimirse presuponiéndonos ignorantes. No pretendemos pescar desde un "puente", sino desde la pasarela (donde no hay tránsito vehicular) y los paredones laterales, donde lo hemos hecho históricamente desde que tenemos memoria.
Ante nuestra insistencia en el reclamo, nos encontramos con que el Balneario Municipal pasó a estar literalmente "custodiado" por personal policial, dejando un efectivo de consigna incluso durante toda la noche, quien por supuesto rinde novedades a los patrulleros que con escasos intervalos de tiempo recalan por el lugar para constatar que la "delincuencia pesquera" no ha tomado el Balneario por asalto.
Acá los argumentos fueron distintos. Al preguntar sobre la prohibición y la presencia policial en el lugar se nos respondió, "los funcionarios lo dispusieron así". Ahondamos en la pregunta con objeto de obtener precisiones y la respuesta fue tajante; "el intendente no quiere".
Es decir, queda en evidencia una vez más que Accastello tiene efectivamente poder de policía cuando algo no es de su agrado, o no suma para la cosmética de lo que considera su feudo. Lástima no aproveche este potencial para combatir con más eficacia la expansión de la droga entre nuestros jóvenes, cuando no es un secreto para nadie que se expende casi abiertamente en las proximidades de cualquier escuela, boliche bailable, casa de tolerancia y distintos puntos claves de la ciudad. El personal policial hace mucha más falta en los barrios periféricos, para brindar seguridad y prevención.
Resulta obvio que la inauguración del nuevo puente ha sido el factor determinante de este lamentable cambio de actitud del intendente.
Generaciones enteras de villamarienses han concurrido a ese sector en busca de un sano esparcimiento. La pesca, actividad practicada antes sólo por hombres adultos, con el tiempo fue ganando adherentes entre los más jóvenes, los niños, e incluso las mujeres. Es decir, se convirtió en algo compartido en familia.
Pero hay más que eso. En altas horas de la noche, cuando no es extraño que algún grupo vandálico pase haciendo desmanes por el lugar, siempre hemos sido los que pescamos los que hemos protegido lo que es de todos. Asimismo siempre hemos dado la voz de alarma ante cualquier contingencia, sea un accidente de tránsito, algún bañista en apuros que muchas veces rescatamos nosotros mismos, y no han sido pocas las veces que desalentamos potenciales suicidas.
A 20 días de inaugurado el puente, las farolas ubicadas sobre el paredón del lado de Villa Nueva ya están rotas. Y en cualquier momento comenzarán a llevarse también lo que se pueda desmontar. Jamás hubiera pasado si como de costumbre toda la noche hubiera personas pescando en el lugar.
No creo necesario entrar a juntar firmas para que se reconsidere una actitud a todas luces caprichosa y arbitraria. Creo que el diálogo sigue siendo la base de toda convivencia. Si perdemos eso, ahorrémonos el discurso de lo "nacional y popular". Este país no está ya para que se cercenen libertades sin argumentos jurídicos.
Espero que el señor intendente dé marcha atrás a la brevedad posible, restituyéndonos un derecho adquirido por el uso y la costumbre que de ningún modo puede ignorar.
Gustavo A. González
DNI 11.257.801