Escribe: Daniel Cerutti
Unión Social obtuvo un complicado triunfo por la mínima diferencia de 1 a 0, aprovechando la mejor disposición y voluntad de sus jugadores en los momentos favorables, cuando logró el gol que le otorgó el éxito final.
El primer período fue abordado con ritmo intenso desde su iniciación con recursos más efectivos de la visita, que con el manejo y precisión de Andrada pudo establecer un concepto ofensivo de mejor nivel que el equipo "Albo".
A los 14' y por llamativo beneficio derivado de una lesión que obligó al reemplazo de Medrano, en la primera pelota que recibió el recién ingresado Zárate receptó un rebote en la defensa local y colocó un disparo rasante que no pudo ser controlado por Prevero, fijando diferencia en el marcador y certificando, hasta allí, el superior criterio en ataque del huésped.
Playosa fue hasta entonces pura intención y ciertamente defeccionó en la búsqueda del gol por la ineficacia de sus delanteros. Unión Social, más compacto en su estructura, llegó a la definición y luego se limitó a controlar la reacción de un elenco local sin objetivos precisos, con réplicas aisladas y sin exigencias para el arco de Margaría. Un tiro libre de José Aimar bien controlado por el guardavalla y un cabezazo de Piva apenas desviado, fueron acciones aisladas con las que el local intentó la igualdad, pero sin posibilidades certeras de conquista.
El visitante, bien conducido por Andrada e Iván Moyano (jugadores de correcta disposición y dinámica), siempre intentó mantener la proyección por ambos andariveles de ataque y así daba al trámite mejor desarrollo ofensivo.
Los últimos 15' disputados con intensidad y con actitud frontal por ambos conjuntos tuvieron acciones vibrantes y con generación de peligro, pero las líneas defensivas se las compusieron para solventar esa presión. Pudo el local acceder a la igualdad en dos intervenciones de José Aimar y Piva, instancias que fueron bien controladas por al arquero Margaría, determinando el triunfo parcial de su equipo al cabo de los primeros 45'.
El segundo período mostró una carencia total de ideas e imperfecciones técnicas pronunciadas en ambos protagonistas. Unión Social siguió firme en su función de oponerse a la lógica pretensión del empate por parte del local, adoptando los recaudos necesarios en materia defensiva. El estilo precario y cuestionable que caracterizó a las alternativas del juego, mostró a un Playosa desesperado en su búsqueda, pero con escasos atributos y sin claridad para llegar con posibilidades al arco rival. La reiteración continua de sus cargas por sector central facilitó el trabajo de los defensores de Unión y así el local contó con solo una chance neta en todo el periodo, cuando el ingresado Sachetto estrelló su disparo en el palo ante un Margaría.
El nerviosismo de ciertos jugadores conspiró para que el accionar de Playosa tuviera definición concreta; la intemperancia de ellos obligó al árbitro a adoptar duras sanciones, como las expulsiones casi simultáneas de Cossavella y Ciancio, a los 38' y 40' respectivamente. Allí se apagó definitivamente la intención del local de pretender un resultado mejor.
El visitante, con tranquilidad y solidez en su juego, dejó consumir los minutos que restaban, logrando finalmente la victoria, en un partido que dejó escasísimo margen para el elogio, especialmente en la etapa complementaria donde el fútbol brilló por su ausencia.
La figura
Damián Andrada: fue protagonista activo de los mejores momentos de Unión Social en el primer tiempo. De buen despliegue y panorama, complicó seriamente a la defensa local.
El árbitro
Regular arbitraje de Luis Mansilla. Dirigió correctamente en el primer período, cometiendo errores de apreciación en la parte final del cotejo. Expulsó a dos jugadores locales, decisión también que pudo asumir con jugadores del visitante por juego brusco. No descontó lo suficiente, luego de que el juego estuvo detenido más de cinco minutos en el cierre mismo del partido.
