Muchos vecinos de la ciudad de Villa María se sorprendieron, algunos de ellos para mal, cuando al llegar a Video 2001, un tradicional videoclub de la ciudad que desde hace 25 años funciona en calle Corrientes, se enteraron que la firma cerrará sus puertas definitivamente en los próximos días.
Haciendo un repaso de la historia de su comercio, Carlos Calvo Parra relató que “en octubre del año 1987 arrancamos con Video 2001, en otro local que está en la misma cuadra donde estamos funcionando actualmente. En el año 1996 nos trasladamos aquí a Corrientes 1386, a un local más grande”.
“A mí siempre me gustó crecer y en ese momento el cambio fue ideal porque la calidad del negocio en Villa María en ese momento se puso muy competitiva, por eso aposté a algo más grande realizando una gran inversión”, agregó.
Para más datos, el comerciante aportó que “desde que comencé en 1987 hasta el año 2009 fui distribuidor de películas prácticamente en medio país. Empecé con el VHS (conocido también como casete), algo que comenzó a extinguirse en el año 2003, cuando empezaron los primeros momentos del DVD”.
“Decidimos cerrar porque sabemos que hemos cumplido un ciclo. Fueron muchos los años y nos gustó mantener esto, pero creo que llegó el momento de cerrar. En mi caso tomé la decisión debido al cansancio. Igual debo reconocer que me da lástima cerrar esta firma que ya lleva 25 años funcionando. Lo hablamos con mi familia y decidimos que el ciclo se terminó, para tomar otro rumbo más tranquilo”, confesó.
Sobre la situación actual del rubro de los videoclubes, Calvo Parra aseguró que “el boca en boca de la gente dice que el video se está terminando, pero no es así, porque el que le pone pilas sigue, a pesar de la piratería y de todos los factores con los que tenemos que lidiar. Igual hay que reconocer que el rubro no está igual que hace aproximadamente diez años donde se vivieron épocas gloriosas con el DVD, tal vez mejores que cuando tuvo su esplendor el VHS”.
“En 2010 comenzó a agravarse todo por el tema de la piratería, pero son reglas de juego con las que hay que jugar en este país y te las tenés que aguantar. Yo sé pisar en la tierra y la verdad es esa”, manifestó.
Finalmente, Carlos afirmó que “lo que más me duele de cerrar el negocio es el contacto que voy a perder con muy buenos clientes que he tenido durante tantos años. En estos días que estoy liquidando todo, la gente que viene me hace pensar si estaré acertando o no en tomar esta decisión, porque me preguntan qué van a hacer ahora que no vamos a estar más, pero yo les digo que no somos los únicos de la ciudad y que en Villa María hay videoclubes bien puestos, manejados por chicos que tienen muchas pilas”.
“En estos 25 años todos los empleados y empleadas que tuvimos fueron un espectáculo, uno mejor que el otro, con los cuales hasta el día de hoy tenemos un trato y me siguen viniendo a visitar. Eso te gratifica mucho, al igual que en estos días de liquidación la gente que ha venido le agarra como una nostalgia cuando se entera que ya no estaremos más”, concluyó, casi al borde del llanto.