La Junta Electoral rechazó ayer el pedido de apertura de 2.200 urnas correspondientes a las elecciones del 27 de octubre solicitado por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), por lo cual la novena banca de diputado por Córdoba sigue asignada al radicalismo.
“Rechazaron nuestro pedido de reapertura de urnas, motivo por el cual estamos estudiando las razones esgrimidas por la Junta Electoral para decidir los próximos pasos a seguir”, confirmaron desde el FIT, partido que viene denunciando un posible fraude.
En la misma dirección Eduardo Salas, uno de los apoderados de la agrupación, manifestó: “Desestimaron toda la presentación, no van a abrir ninguna urna”.
El miércoles, la primera candidata a diputada nacional del FIT por Córdoba, Liliana Olivero, había encabezado la tercera manifestación “contra el fraude” por las calles del centro de la capital provincial y durante los últimos días había recibido el apoyo y visita de los diputados electos por el FIT, Juan Carlos Giordano, Nicolás del Caño y Néstor Pitrola, así como del sindicalista Rubén Sobrero.
Los dirigentes del FIT pretendían que la Junta, que supervisó los comicios en Córdoba, dispusiera la apertura de las 2.200 urnas observadas, para que “no haya dudas ni sospechas sobre la transparencia de la elección”.
De acuerdo con el escrutinio provisorio que concluyó el domingo 27, Unión por Córdoba (UPC) obtuvo el 26,54% de los votos y logró tres diputados; la UCR, el 22,66% (tres bancas); el Frente para la Victoria, 15,25% (dos escaños) y Unión-PRO, 14,45% (una banca).
Durante casi todo el desarrollo del escrutinio se informó que UPC conseguía tres bancas, la UCR y el FPV dos y Unión-PRO y el FIT una cada uno, pero a partir de las 23 del domingo se adjudicó una más al radicalismo, en desmedro de la izquierda, por aplicación del sistema proporcional D’Hont.
Aunque el escrutinio definitivo determinará la asignación de las bancas, en función de los resultados provisorios, UPC consiguió tres diputados (Juan Schiaretti, Blanca Rossi y Carlos Caserio), la UCR tres (Oscar Aguad, Soledad Carrizo y Diego Mestre), el FPV dos (Carolina Scotto y el villamariense Martín Gill) y Unión-PRO uno (Héctor Baldassi).
“Córdoba es la capital del fraude”, aseguró Olivero
Liliana Olivero aseguró ayer que Córdoba se convirtió en la “capital del fraude” al haber negado la Junta Electoral la apertura de las 2.200 urnas que pedía dicha por fuerza.
“Este es un fallo en contra de la gente, que pedía que se abrieran, si no todas, algunas urnas, para demostrar que Córdoba no tiene nada que ver con el fraude; pero al no haberse hecho, Córdoba se transformó en la capital del fraude en el país”, aseveró la dirigente.
Olivero anticipó que el FIT apelará la resolución de la Junta “ante la Cámara Nacional Electoral” y precisó que invocará “un reciente precedente por el cual, a pedido del radicalismo, se abrieron urnas en La Rioja”.
“Al parecer, se escucha más a los partidos patronales que a los que representan a los trabajadores”, dijo la dirigente, que agregó que el voto de la mayoría de la Junta Electoral manda a decir que “se joroben los partidos que no tiene fiscales de mesa”.
En el mismo sentido, Olivero enfatizó que la Junta Electoral se olvida de que “la Justicia debe ser la garante de que el elector tenga todas la posibilidades para elegir y de que se respete su voluntad o preferencia electoral”.
Tras advertir que el FIT agotará “todas las instancias” y que seguirá con las movilizaciones callejeras “en contra del fraude”, la dirigente aseveró que “la resolución de la Junta Electoral no ayuda a la tranquilidad y claridad que toda Córdoba necesitaba porque, si no había nada que ocultar, no había razones para no abrir las urnas objetadas”.