La iniciativa de un grupo de alumnos de quinto año y docentes del Instituto “El Caminante” tuvo una excelente culminación días atrás en Saujil, un diminuto poblado (tiene casi 200 habitantes) ubicado a 10 kilómetros de Fiambalá en la provincia de Catamarca.
El grupo de más de veinte alumnos (provenientes de varios cursos) y cinco docentes del establecimiento educativo de barrio Parque Norte, concretaron la actividad en el marco del proyecto “Pintando escuelas de fronteras” que esta vez colaboró con la Escuela 308 “General Justo José de Urquiza”.
Cabe destacar que es el sexto viaje consecutivo que comprende un emprendimiento con características solidarias y como en anteriores oportunidades, los protagonistas del viaje recibieron el respaldo de la Municipalidad de Villa María y un número importante de pinturerías locales que donaron el material con el que fue pintada la escuela visitada.
“Por cuatro días junto a los alumnos de El Caminante, nos fuimos a Catamarca. Allí pintamos cuatro espacios de una escuela (está dividida en dos y las tareas se realizaron en el anexo de la entidad), puntualmente aulas y un mural”, sostuvo el profesor Víctor Guaschetti que dicta en la casa de estudios la cátedra “Formación para la vida y el trabajo”.
“El lugar está ubicado en una zona de clima desértico pero por poseer vertientes naturales se ha transformado en un oasis para la región. Incluso hay viñedos que crecen beneficiados por el riego que se les aplica”, acotó el educador que se desempeña en la institución conducida por la licenciada Ingrid Becco.
Como detalle significativo el consultado apuntó que el caserío tiene una delegación municipal y no posee señal de Internet.
“La experiencia que vivimos fue fantástica y enriquecedora para los chicos. Creo que ellos se quedaron enganchados con las diferencias que existen fundamentalmente respecto al uso del tiempo por parte de los pobladores de Saujil”, sostuvo el reporteado.

Reflexionando

Al momento de reflexionar sobre lo experimentado, los estudiantes rescataron diversos factores positivos.
“Fue una experiencia única, otra realidad. Era hermoso pintar el mural y ver la cara de los chicos con una sonrisa de oreja a oreja”, aportó Belén.
“Lo que más me gustó fue que trabajáramos mucho y más con los chicos. Estos viajes valen la pena porque te llenas de valores”, sintetizó Milagros.
“Es una experiencia muy linda para la gente que le gusta conocer otras culturas. La pasamos muy bien, fue un viaje solidario realizado para ayudar a personas solidarias y que realmente necesitan una mano”, enfatizó Luisina.
Por su parte, Martín indicó que “al llegar el primer día a Saujil y observar sierras, colinas y viñedos fue como estar en una fantasía, en un sueño. Lo más interesante fue sin dudas la solidaridad y los momentos compartidos”.
“La experiencia de viajar, conocer lugares, otra cultura y hasta jugar con los niños fue muy buena, algo fabuloso”, expresó Braian.
“Con lo que hicimos me sentí realmente solidario. Como proyecto no sólo disfruté el trabajo que hice junto a otros sino también a Catamarca y sus lugares”, manifestó Jacinto.
Para concluir, vale señalar que los alumnos de “El Caminante también visitaron la Escuela 24 “Entre Ríos” de Fiambalá, donde colaboraron en los festejos fundacionales de la entidad educativa