Eran alrededor de las 12.30 de la víspera cuando se inició una violenta refriega en la esquina de Marcos Juárez y Rucci, de barrio General Roca de esta ciudad.
De un lado, un grupo de 10 jóvenes, del otro, efectivos policiales que intentaban detenerlos. En el medio, un móvil del Comando de Acción Preventiva (CAP), que va a necesitar reparaciones.
Como resultado de la trifulca, tres jóvenes quedaron heridos y otros tantos uniformados fueron lesionados.
Finalmente, cuatro de los “revoltosos” terminaron tras las rejas, bajo los cargos de “lesiones leves y daño”.

Alcohol y algo más

Aparentemente, el grupo de jóvenes estaba instalado desde la media mañana en la esquina en cuestión, “bebiendo cerveza”, indicó un testigo y “molestando a las mujeres que pasaban”, agregó el informante. Al mediodía, al parecer, los chicos ya estaban bastante “colocados” y manosearon a una mujer que pasaba por el sector.
Minutos después, sonó el teléfono en la Comisaría para denunciar este hecho y dos móviles partieron hacia el lugar para tratar de poner las cosas en orden.
Según parece, fue como querer apagar el fuego con nafta. Se armó la trifulca. Cuando los efectivos quisieron identificar a los jóvenes comenzó la batahola. Hubo intercambio de golpes, palazos y pedradas.
Así informó la Policía: “Los individuos, lejos de acatar la orden de exhibir sus documentos, la emprendieron con agresiones verbales y físicas hacia el personal actuante, sumado a que los familiares de éstos que se habían dado cita en el lugar, intentaban impedir el procedimiento policial. Por tal motivo se debió convocar a otras dotaciones, logrando de esa manera reducir y trasladar a la sede policial a cuatro masculinos (...) por los delitos de resistencia a la autoridad, lesiones leves y daño, en virtud a que durante el operativo además de resultar lesionado personal policial, se dañaron unidades identificables de la Policía provincial producto de arrojar elementos contundentes”, dice textualmente el parte de prensa policial.
Fueron varios los heridos con balas de goma que uno de los refuerzos policiales disparó para disuadir a los presuntos agresores. Entre ellos, se cuentan varios vecinos del sector que no tenían nada que ver en el asunto, incluso una nena, de 13 años, hermana de uno de los detenidos.

La otra campana

Marta García es madre de uno de los detenidos y de la nena de 13 años que resultó herida con las balas de goma. En diálogo con EL DIARIO, la mujer narró su versión de los hechos, indicando, por ejemplo, que “la mujer supuestamente abusada era, antes, novia de mi hijo y había estado tomando cerveza con los chicos en el quiosco de la esquina. El novio nuevo, por celos, denunció que habían querido manosearla”, dijo la mujer.
En cuanto a su hija, García indicó que “la nena fue a ver qué pasaba con su hermano y le pegaron un culatazo en la cabeza y después, con las balas de goma. Un policía se le tiró encima, como si fuera una delincuente, la esposaron y se la llevaron. A mi vecina también le dieron con las balas de goma, y a mí, que para colmo estoy enferma, también”.
“Y para quede claro, los chicos nunca se negaron a la identificación y, que yo sepa, no hay nada de malo en estar tomando cerveza en la puerta de un quiosco”. “Creo que la Policía se equivocó, procedió mal, en el caso de mi nena. Creo que como es grandota, la confundieron”, dijo la mujer, que aseguró que buscará justicia.