El profesor César Arrondo resultó uno de los disertantes de la charla “Naciones sin Estado”, que estaba previsto desarrollarse ayer por la tarde en el Rectorado de la UNVM.
Horas antes, el docente -que forma parte del Observatorio de Naciones sin Estado en la Universidad de La Plata- ofreció una rueda de prensa con medios locales, donde abordó algunas de las problemáticas que atañen a la causa vasca en la actualidad.
“El pueblo vasco tiene siete mil años de antigüedad, es decir, que tiene derecho a la autodeterminación, dado que tiene territorio, población, idioma, costumbres y culturas propias. Pero sucede que se encuentra sobre dos estados: al norte cuenta con tres provincias que forman parte de la actual Francia y en el sur existen cuatro provincias que están bajo la órbita española, como el exreino de Navarra y la comunidad autónoma vasca”, explicó.
Sobre la cuenta pendiente de la independencia vasca, indicó: “Dado que la ETA (el grupo extremista) ha decidido dejar la lucha armada y el frente de izquierda que tenía una ligazón con los etarras ahora es un partido legal, coincidente con la democracia, ya no quedan excusas. Algunos partidos han utilizado al tema de ETA con fines electoralistas; desaparecido ese problema queda hablar de cuestiones económicas y se evidencian las deudas que hay en ese aspecto. Los partidos españolistas rezan para que alguien ponga una bomba y puedan decir que las acciones extremas no han cesado”.
En tal sentido, Arrondo observa dos vías independentistas: “O por la vía escocesa, donde la reina de Inglaterra y el primer ministro Cameron han autorizado la votación abierta para su separación, o la vía catalana, donde el pueblo tiene que decidir unilateralmente porque el resto no acompaña esa postura. Creo que ésa va a hacer la vía que tome el País Vasco”.
En cuanto a la diáspora vasca, el especialista precisó que “de los 200 centros vascos distribuidos en el mundo, 100 pertenecen a Argentina”. En cuanto al rol que deben cumplir, indicó: “Históricamente, durante el franquismo, el País Vasco fue sostenido económicamente y culturalmente por la diáspora. Actualmente los centros deben plantearse, no en clave partidista, pero sí en clave nacional, qué camino debe seguir la causa”.